martes, 5 de julio de 2016

Armas…Armas



Armas…Armas

Dr. Maximo Grillo Annunziata

Este es  uno de los capítulos que no llegué a poner en mis “Memorias de  un Estudiante Agitador”, pero aquí lo pongo.
Julio Armas es mi compadre, ya que soy el padrino de bautismo de su hija Carmela, una bellísima y enormemente inteligente muchacha. Por lo visto, soy el  único ateo que tiene varios ahijados de bautizo, pero así están las cosas.
Mi compadre Julio posee tres títulos universitarios: ingeniero de minas y Geólogo, ingeniero pesquero y de profesor o sea pedagogo.
En  un inicio, sus padres lo mandaron a España para que estudiara medicina, pero según Julio, es imposible estudiar medicina en España, por la sencilla razón de que España, está llena de españolas, españolas en las calles, en las plazas, en las casas, en los edificios, de forma de que cuando lo fue a visitar su padre  no lo encontró estudiando, sino bailando jota en un sarao flamenco, motivo por el cual lo mandó a estudiar medicina a Nueva York en los Estados Unidos. Pero resulta que en nueva York tampoco se puede estudiar ,porque Nueva York está llena de mujeres, neoyorkinas en las calles, subiendo en el ascensor, bajando en el ascensor atravesando la pista, caminando por la aceras, así no puede desarrollarse el conocimiento.
Hasta que  un día  dos militares norteamericanos le tocaron la puerta del departamento donde vivía.
-¿Julio Armas?
-Si, yo soy
Le alcanzaron un documento:
-Este lunes tiene que presentarse  al cuartel del ejército a las 6 del a mañana. Se enrolará para partir a Vietnam
-¿Qué? ¿a dónde me  ha dicho?
-A Vietnam
-¿Vietnam?
-Si
-Maximo, mire por la ventana y los seguí con la mirada, hasta que la camioneta en que vinieron dobló la esquina. De inmediato agarré una maleta, puse mi ropa, mis libros, baje por ascensor, tome un taxi y en 40 minutos llegue al aeropuerto. Yanquis de mierda, que se creían ¿qué me iban a mandar a matar a inocentes y a morir o quedar invalido? Ratas imperialistas, que se vayan a la puta gringa que los parió, porque Maximo, las norteamericanas son las más grandes putas del mundo, te lo digo yo que  he conocido mujeres en todo el mundo y viajado mucho. Las yanquis reparten sexo como panfletos en asamblea de obreros en huelga y a eso llaman modernidad y liberación, son unas degeneradas.
Si alguna vez viajas a los Estados Unidos, lleva una docena de cajas de condones, para que no te contagien el SIDA.
-No pienso viajar a esa mierda de país. Pero dime una cosa, si tu eras extranjero, porque te mandaban a la guerra?
-La ley de estos pendejos establece que los que estudian en los Estados Unidos están obligados a participar en sus guerras
-Que tales hijos de putas
Para bautizar a mi ahijada, tuve que viajar al pueblo de Julio en la Sierra a unos 4000 (cuatro mil) metros de altura, con un frio maldito, en Huarochirí, en Carampoma, el pueblo de mi compadre.
A pesar de ser abstemio y no consumo bebidas alcohólicas, ni para año nuevo, tuve que tomar litros del calientito  para ver si entraba en calor. El tal calientito era aguardiente con ponche de huevo y canela que se servía caliente. Lo extraño es que a pesar de las cantidades de calientito que tomé no llegue a emborracharme, y es que a esas alturas parece que el alcohol no se metaboliza.
Todos los años mi compadre o alguien de su familia son nombrados  mayordomos  de la  fiesta patronal, en este caso la Virgen del Carmen y su fiesta dura toda  una semana.
Días antes de la fiesta  mi compadre me había invitado a la reunión  de los devocionarios de la Virgen, todos ellos paisanos de mi compadre. Habiendo sido aleccionado por Julio, tenía que ofrecer mi devoción, con un cirio para la virgen.
Uso paisanos ofrecieron un toro de lidia, otro, dos toros de lidia. Otro más una banda del Mantaro de 15 músicos, otro dos bandas de músicos, otro más, cien cajas de cerveza, otro un castillo de fuegos artificiales de 7 cuerpos, el siguiente para no ser menos un[M1]  castillo de 8 cuerpos , Uno de los paisanos ofreció a la Virgen 300 kilos de papa, otro 3000 choclos, otro 5 chanchos.
-¿Y usted doctor Grillo?
-¿Yo?. Este…este… un cirio para la Virgen
La noche anterior al bautizo, subimos con mi compadre Julio, algunos de sus familiares y vecinos del pueblo hasta la cumbre más alta del lugar donde había un mirador de piedra. Con mi ahijadita sentada en mis rodillas, le  mostraba cuales eran las constelaciones oscuras de los incas.
-¿Ves, esa oscuridad en forma de llama?, esa es una de las constelaciones oscuras de los incas, que utilizaban para marcar las estaciones y es por eso que nuestro pueblo nunca será destruido por que su origen está en el mismo firmamento. A esas alturas de 4 mil metros, las estrellas se ven enormes y se alcanza a ver los cráteres de la luna sin necesidad de  telescopios.
De repente  un brillo dorado apareció en el horizonte detrás de las montañas y el cielo se iluminó de color dorado, cuando aún se veían las estrellas y la Luna, era el Sol que salía. En esos mismos momentos la banda de música llevada por mi compadre se lanzó a tocar la 40 sinfonía de Mozart y  mi compadre lanzaba bombardas y fuegos artificiales saludando al Sol naciente. Contemplando la salida del Sol, las estrellas y  la Luna con el frio refrescándome la cara, escuchando a Mozart sentí la más intensa vivencia estética de toda mi vida.
Cargando en mis brazos a mi ahijada, viendo las constelaciones, el cielo dorado, la Luna plateada y las estrellas brillando, escuchado la música de Mozart, mirando a la vía láctea y su multitud de astros, los fuegos artificiales, el universo insondable, sentí nacer dentro de mí, fuerzas ciclópeas y una felicidad inmensa y enorme. Veía en ese espectáculo, lo que yo era en el fondo de mí mismo.
Parte del Universo.
Pero este episodio del bautismo fue cuando ya éramos profesionales, lo que sigue fue en nuestras épocas de estudiantes.
Julio y yo éramos militantes del FER (Frente Estudiantil Revolucionario), Julio de la base de Ingenieria geología y yo de la base de medicina.
Julio vivía en la residencia universitaria,  y compartía el cuarto con otro estudiante al que le pondremos el nombre de Andrés ya que no me acuerdo como se llamaba.
Un día Andrés se fue a una fiesta, regresó recontra borracho, cerca de las 4 de la madrugada, tambaleándose a la ciudad universitaria con rumbo a la vivienda universitaria.
Cuando se encontraba  a pocos metro de la entrada de la vivienda, vió aparecer  unas sombras que salían de la penumbra, tres o cuatro sombras.
-Párate concha de tu madre.
-Al suelo carajo
-Arrodíllate mierda.
Las cuatro sombras portaban fusiles y ametralladoras.
A Andrés se le quito la borrachera de golpe, como por encanto.
En su espanto solo se le ocurrió pedir auxilio:
-Armas….Armas
-Cállate mierda- y  un golpe de culata le cayó en la boca
-Está llamando a tomar las armas- dijo uno de los policías, porque las sombras era  un numeroso grupo de policías que iban a invadir a la vivienda universitaria para detener a los estudiantes en  una de las tantas redadas que hacia la dictadura.
-Armas…Armas…Armas

Con tanto escándalo empezaron a prenderse las luces en los cuartos de los estudiantes
-Rápido, ahora antes de que reaccionen –grito el que dirigía a la policía.
Entraron a la vivienda disparando a diestra y siniestra, gritando y golpeando a todos y a todo lo que encontraban.
-Armas…Armas…Armas…Armas
-Callen a ese huevón
Tras golpearlo lo llevaron a rastras
-En que cuarto vives mierda concha de tu madre
-En el 102 (le pondré ese número, porque no me acuerdo cual era el número del cuarto de Julio).
Al llegar al habitación los policías se arrojaron al suelo, rastrillaron sus armas, y el más osado pateo y abrió la puerta.
Mi compadre estaba en la cama, muy bien acompañado según se pude ver.
-¿Dónde están?
-¿Están que?
--Las armas pues huevón concha de tu madre
-¿Cuáles armas?
-Las que tú decías  en tus gritos
-No, no  es así, yo lo estaba llamando a él, él se apellida Armas
No encontraron ningún arma y la prendieron golpes con Andrés
-Concha de tu madre, nos has asustado por las huevas.
Y lo masacraron a golpes a Andrés por haberlos asustados.
Siempre la policía peruana quedando como unos pobres  imbéciles.
Y ladrones, porque les robaron todas sus pertenencias a los estudiantes e intentaron violar a una de las muchachas, a todas las manosearon, “buscando” armas o panfletos comprometedores. Se llevaron radios, relojes, medallitas,  ropa, dinero, máquinas de escribir, calculadoras  y todo lo que pudieron.
Se llevaron presos a todos, hombres y mujeres, para después pedir dinero a los padres de familia que fueron a buscar a sus hijos.
También robaron bienes de la universidad, equipos fotográficos, de laboratorio, carpetas, máquinas de escribir. No se llevaron libros, porque no saben leer.
Así eran las cosas durante a dictadura.
Quizás el único que estaba “armado” era mi compadre Julio, pero no con arma de fuego ni arma blanca, sino de otro tipo, porque estaba  en la cama con una muchacha desnuda.



 [M1]

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