viernes, 3 de marzo de 2017

MEMORIAS DE UN ESTUDIANTE AGITADOR CUARTA PARTE



CONTINUACIÓN


MEMORIAS DE UN ESTUDIANTE AGITADOR CUARTA PARTE



                               Capítulo   12

LA HISTORIA DE LA NIÑA CHAPOSA Y EL NIÑO               
                                   BLANCO


Una tarde de verano al salir de clases en  la facultad de Medicina Humana me dirigí a la Ciudad Universitaria de San Marcos. Tenía que acudir a una asamblea de delegados estudiantiles del FER (Frente Estudiantil Revolucionario).
Pero resulta que al llegar encontré un feroz combate de  los  estudiantes contra la policía de la dictadura del general aprista Morales Bermúdez. La protesta estudiantil  había comenzado hacía poco y de inmediato me sumé a la pelea. La policía de la dictadura trataba de invadir la universidad cumpliendo órdenes de la dictadura, mientras los muchachos y muchachas luchaban fieramente para expulsarlos del campus. En medio de la lucha, entre los gases lacrimógenos, los disparos, las piedras, los cócteles Molotov pude distinguir a Omar, a Alejandro, a Jango, a Tigre, a Jaimito entre otros y en medio de la pelea , mas adelante que  cualquiera con una gran piedra en la mano se encontraba Sofía, una menuda estudiante del pabellón de letras, valiente y agitadora como pocas. Era una activa militante del FER. En eso Sofía cayó al suelo acribillada de perdigones. ¡Grillo, Grillo ,ven aquí, una herida¡. Algunos de los estudiantes combativos cargaron a Sofía  y la llevaron a un salón que hacía las veces de hospital improvisado. Tenía toda la blusa ensangrentada y se tocaba  el pecho con ambas manos.
Le retiré la blusa y el sostén, notando que tenía sus hermosos  senos llenos de perdigones. En un acto de pudor se cubrió con la blusa ensangrentada.
-Sofía quita la blusa y las manos, si no, no puedo ver, como te voy a sacar  los perdigones- le dije.
Comencé a extraer los perdigones lo mas rápido que podía, quería regresar al campo de batalla y salvar a nuestra universidad de las siniestras intenciones de la dictadura.
-Máximo, ten cuidado, no  seas brusco- me dijo
Terminada la operación improvisamos una vendas lo mejor que pudimos y tanto ella como yo nos integramos al combate.
Al terminar de extraer el último perdigón  y vendar las heridas de Sofía, al retirarse a su puesto combate, Lucho, que había oficiado de ayudante durante la operación  me dijo.
-Máximo, te fijaste que ricas tetas tiene Sofía?-
-No jodas y vamos al combate-le contesté.
El combate duró hasta la noche y logramos expulsar a la policía de los claustros universitarios. San Marcos se había salvado una vez mas.
Pasaron los años, y un día en la mañana me tropecé con Sofía, a quien no veía hacia años.
En esos momentos estábamos en pleno primer gobierno del APRA con Alan García de presidente, en plena súper inflación. En esas épocas el pan  a las 8 de la mañana costaba 50 centavos, a las 10 de la mañana ya estaba a 1 sol, a las 12 costaba un sol con cincuenta centavos, a las tres de la tarde ya costaba tres soles y a las 8 de la noche costaba cinco soles. Esa era la hiperinflación del gobierno aprista, y que llegó a los 2’500,000 %, o sea a los dos millones quinientos mil por ciento. Un espanto. Recuerdo que le decía a mi hermanita: “Mañana me pagan anda a buscarme al trabajo” y apenas me daban el cheque salíamos corriendo a comprar los víveres por sacos por que si esperaba dos días con ese dinero no podía comprar nada, las cosas subían de hora en hora. Pero eso era si tenias la suerte de cobrar porque la mayor parte de las veces el Banco de la Nación no tenia con que pagarte. En una oportunidad, después de andar por seis locales del Banco de la Nación sin encontrar fondos para que me paguen mi sueldo, exploté de la cólera, y le dije al cajero: “Ponga ahí el sello rojo de no hay fondo, voy a denunciar al estado por estafa  y emitir  cheques sin fondos ”.El cajero me contesto que cuando se trataba de fondos del gobierno no se podía  poner  el sello de SIN FONDOS. “Me quiere decir que el estado tiene  patente de pirata para emitir cheques sin fondo?.Fue tal el escándalo que armé que salió el gerente a preguntar que pasaba. Resultó que era un amigo de hace tiempo, el cual me dijo que me esperara un momento y regresó con el dinero para pagarme. O sea sí había dinero, pero se guardaba para poder pagarle los propios trabajadores del Banco.
Al ver a Sofía tras saludarla con el cariño de siempre, me di cuenta que estaba rodeada por un grupo de ocho o diez  niños cuyas edades serian entre cinco y diez años, que por las ropas que llevaban eran de la sierra y como ocurre con los niños serranos recién bajados tenían  grandes chapas, o sea las mejillas  coloradas, lo que se debe a que en las a alturas los habitantes poseen mayor número de glóbulos rojos en sangre para aprovechar al máximo el oxigeno enrarecido de las alturas
-Oye, y esos niños?
-Son huérfanos de Ayacucho. Los hemos traído para ver donde los colocamos.
Resultaba que Sofía se había graduado de Asistenta Social y trabajaba tratando de salvar a los huérfanos  sobrevivientes de las grandes matanzas que realizaba el gobierno aprista en la Sierra y otras partes.
-Pobrecitos- comenté
En eso  me fijé  en una niñita de unos 5  o seis años que con sus grandes ojos negros me miraba con asombro con la boca abierta mientras sostenía en sus manitos un pedazo de pan que les había distribuido Sofía.
-Esa niña tan bonita  quien es?-
-Máximo si quieres te la doy, es una de las huérfanas.
-¿En serio? ¿ la puedo adoptar?
-Si, claro que si
-Ya pues, yo soy soltero y no tengo hijos, puedo hacerme cargo de una criatura, le daré una gran educación y será una gran científica y revolucionaria.
-Mira Máximo este es mi teléfono, llámame para hacer las coordinaciones.
Llegue a mi casa y anuncie que traería una niñita a mi casa.
-Mamá me van a dar una niñita huérfana de Ayacucho para adoptarla.
Mi madre me miró y me dijo
-Es tu hija o una adopción?
-Si fuera mi hija no lo voy a negar mamá. Se trata de una niña huérfana de Ayacucho
-Me parece muy bien hijito, pero eso sí, tú te encargas de criar a la niña, porque quien lo va a hacer aquí en la casa, yo ya estoy muy vieja y con la diabetes encima. Tú te encargarás de llevarla al colegio, prepararle su comida y lavarle su ropita, tienes que asumir tu papel de padre, nadie puede hacerlo por ti, tú serás el padre.
En ese instante me di  cuenta que no iba a hacerlo. Simplemente no podía. En esas épocas tenia tres trabajos y más encima  llevaba un intensa vida política y académica. Salía de mi casa a las siete de la mañana y no regresaba hasta las once o doce de la noche, además de que no había ninguna seguridad de que podría regresar a mi casa, o  regresar vivo, porque durante su primer gobierno  el APRA mataba gente todos los días.
De forma de que llame a Sofía y le comunique que la diligencia quedaba en nada,
Hasta el día de hoy me pregunto que habrá sido de esa niñita, si habrá caído en buenas manos, y cual será su vida, que diferencia habrá en relación al plan inicial que tuve de convertirla en gran científica y gran revolucionaria, y esa pregunta me la hago hasta el día de hoy.
Al poco tiempo del encuentro con Sofía, la Comisión Episcopal del Perú, institución que engloba a todos los obispos del país y que era presidida por Monseñor Bambaren denunció públicamente, que el Perú era el principal país que  exportaba niños, sobre todo a los huérfanos de la guerra interna , al extranjero , los cuales eran  utilizados para trasplante de órganos y pornografía infantil, denunciando además que dicho trafico se realizada a través de instituciones manejadas por apristas y dirigidas por funcionarios apristas. Fue un escándalo mayúsculo.
Un alto funcionario aprista de apellido Aquezolo  salió a desmentir a la Comisión Episcopal del  Perú y a monseñor Bambaren. Lo cierto es que nadie le creyó al funcionario aprista, de forma de que la denuncia quedó como verdadera.
En vista de esa situación, llamé a Sofía y le pregunté  que había de cierto sobre ello.
Sofía me dijo que era verdad. Que en las llamadas zonas de emergencia, los militares y policías se dedicaban a matar a los adultos para llevarse a los niños y venderlos a los traficantes, de forma que siempre atacaban a las comunidades donde se sabía que existían buen número de niños. Que esas matanzas y secuestros se hacían en coordinación con los funcionarios apristas.
Que los pocos niños que se salvaban de la muerte y el secuestro vagaban por las chacras alimentándose como podían, viviendo a escondidas y que eran precisamente esos niños los que ella y su gente trataban de salvar colocándolos en familias responsables.
Que por un niño indio o mestizo los extranjeros pagaban  1500  a 2000 dólares. Pero por un niño blanco se pagaba 15,000 a 20,000 dólares, pero si se trataba de un niño blanco  con ojo verdes o azules se pagaba 30,000 y hasta 50,000 dólares.
Me quedé indignado  por tal noticia y la denuncié en la universidad  y en cuanto foro me invitaban a dar  conferencias.
No paso ni quince días de esa conversación con Sofía, cuando un muchacho sanmarquino, al que llamaremos Pepe, que en su época de estudiante fue militante del FER, y ahora era abogado,  me llamó por teléfono.
-Grillo, necesito que me hagas un favor
-¿De  que se trata?
-De que veas a una de mis clientes que acaba de salir de la cárcel.
-Dime cuando y donde.
De esta forma nos encontramos en un paradero de combis y enrumbamos hacia un pueblo joven en la carretera Central. El viaje duro como dos horas y en ese trayecto me contó la historia, de la paciente que dentro de poco debería de ver.
Se trataba de una paciente de la sierra, que vivía en las alturas, blanca de ojo verdes. Resulta que en algunas partes de la Sierra se encuentran poblaciones de piel blanca y ojos claros, como es el caso de los Morochucos, que habitan en las alturas de Ayacucho que son descendientes de los almagristas que huyeron de los persecución del los pizarristas, refugiándose en la alturas.
Pues bien esta  paciente  que le pondremos el nombre de Genoveva, tenía un hijito que se parecía a ella, blanco y de ojos verdes. Que tenía en esa época del incidente, seis meses de nacido.
El jefe  de la base militar de la zona se enteró que en ese caserío vivía una mujer blanca que tenía un hijo blanco de ojos verdes y se le encendió la codicia.
Pensando en los 50,000 dólares que podía ganar se dirigió de frente al caserío. Ante el asombro y temor de los pobladores entraron disparando , dando vivas al gobierno, al APRA y a Alan García, eran militares apristas .Como estaba bien informado se dirigió de frente a la casa de la campesina, a patadas derribó la puerta..
-Donde está tu hijo carajo
El instinto de madre  funcionó de inmediato, vio a su hijito en peligro.
-Cual hijo papay?
-Concha de tu madre, tu hijo mierda- y de un bofetón hizo sangrar a la campesina
-Aquí no hay ningún hijo
-¿Que? habla concha de tu madre , o te jodes
-No sé de que hablas
Patadas, puñetes, culatazos.
–Habla mierda,  habla. El oficial desesperado al ver que se les escapaban los 50,000 dólares masacró a la mujer, quien en el suelo   torturada y ensangrentada negaba la existencia de niño alguno
-Habla o te violamos mierda
Al desnudarla notaron que de los senos salía leche.
-Si no tienes ningún hijo porque tienes leche en las tetas  mierda?
-No se porque, no se por que
Mas golpes patadas culatazos. En el colmo de lo codicia el oficial cogió una olla donde la campesina cocinaba y la amenazó, con quemarla
-Donde está el niño o te quemo serrana de mierda concha de tu madre.
-No se de que niño hablas
 Y le arrojó el agua hirviendo
Quemada, golpeada,  violada, la madre es siempre  madre
-Así que no tienes hijo?, chupenle las tetas que su hijo se muera de hambre, no le dejen leche.- ordenó a los soldados.
Convencido que la mujer estaba dispuesta a morir  antes que delatar su hijo  se la llevaron detenida por terrorista.
Al llegar al cuartel la siguieron torturando y violando y ella siempre  negó tener hijo alguno. Después de ello le enviaron a Lima donde al llegar de nuevo la torturaron y violaron, hasta que Pepe se hizo cargo de su caso y logro sacarla de la cárcel.
Y que fue del niño blanco?
 Momento antes de la llegada de los militares, la abuela se había llevado al niño para cuidarlo, porque Genoveva tenía que recoger algunos productos de su chacra y llevarlos al mercado del pueblo.
No faltó alguno de los vecinos que vio lo que ocurría y corrió a  avisarle a la abuela, quien cogió al bebe y huyó al monte llevando a una cabra con su cría para poder dar leche al bebe. Estuvo escondida días, y después con ayuda de algunos vecinos del  caserío huyo a Lima donde tenía algunos familiares. Viajando solo de noche, evitando los puestos de control, siempre con la fiel cabra no paró hasta llegar a Lima.
Al  llegar al pueblo joven entramos a una casucha miserablemente pobre, construida  con esteras, maderas y cartones.
Al ingresar a la casa ví a una mujer blanca sentada en la humilde cama, que me miro con gratitud  con unos ojos verdes. Sostenía sobre sus rodillas a un niño blanco que me miro con ojos verdes llenos de inocencia, La mujer abrazaba con ternura al niño que tendría  un año y medio de edad aproximadamente, mientras le daba de comer.
Saludé:
-Hola
-Él es el doctor Grillo, ella es Genoveva
-Hola Genoveva.
 Luego procedí a examinar a la madre y al niño.
El niño estaba en muy buenas condiciones, se notaba los cuidados de la abuela. La madre presentaba dolores articulares, que eran consecuencias de las torturas.
Tras terminar el examen clínico y dar las indicaciones del caso di por terminada la consulta .Al despedirme la mujer  me preguntó :
-Cuanto le debo doctor?
-No me debes nada hija, mas bien quédate con estas medicinas para tu niño por si las necesitas y cualquier cosa que necesites me lo mandas a decir a través del doctor Pepe.
Le entregue lo que tenia, y me sirvieron una sopa llamada patasca.
Al salir vi una cabra  echada en un rincón.
-Esa es la cabra de la historia, ahora es miembro de la familia- me dijo Pepe.
Camino al paradero de las   combis caí en la cuenta que tras darle dinero para sus medicinas no tenía ni para el pasaje, de modo que Pepe me prestó  para pagar el pasaje en micro hasta mi casa. Mejor dicho me regaló para el pasaje, porque nunca tuve ocasión de devolvérselo.
Es por episodios de este tipo, que siempre he sentido un  gran rechazo y un profundo desprecio por los apristas.
                 
                              Capitulo 13                   
                           El  Viejo Verde


Este episodio de un caso clínico dio origen a mi libro que lleva por  título “El Síndrome del Viejo Verde, Estudio sobre la Andropausia, el Climaterio Masculino”.
Resulta que en mi época de estudiante de medicina, cuando hacia mi rotación por el servicio de endocrinología llegó un paciente, que se notaba muy nervioso, ansioso.
-Doctor, mire usted, como decirle, pero yo…yo… mire sabe que…
Cuando un paciente varón  le da tantas vueltas, es más que seguro que se trata de problemas sexuales.
-Señor hable usted con toda confianza, aquí estamos para servirle, no tenga usted vergüenza.
-Mire doctor, resulta que yo… que yo… que yo, tengo…tengo…relaciones sexuales cada15 o 20 días, a veces estoy hasta un mes, sin tener relaciones sexuales.
-¿Que edad tiene usted?
-75, si 75 años
-Mire señor su rendimiento sexual esta dentro de la estadística. En algunos la frecuencia es mucho mayor y en otros mucho  menor, pero esos casos son excepcionales. Usted está dentro de lo normal, no tiene ninguna enfermedad, salvo que los exámenes revelen algún problema
- ¡Un momento doctor!, cuando yo era muchacho con cuatro mujeres al mismo tiempo, una al lado de la otra.
-Si señor, cuando usted era muchacho, pero ya no es muchacho. Su frecuencia sexual está en los libros  como normal.
-Doctor vea usted, yo he estado con una muchacha, y creo que ha habido problemas entre nosotros a causa …de que …yo…de que yo…
-¿Que edad tiene la dama?
-22 años
-¿22 años?
-Mire doctor:

Y el hombre me narró cual era su problema de fondo.
Resulta que este hombre idiota, había estado  con una muchacha de 22 años, a la cual le había comprado un departamento, un automóvil del año, muebles de la marca 501, alfombras persas, equipo de sonido y aire acondicionado en todo el departamento. Incluso puso grandes espejos en las paredes y el techo del dormitorio.
Cuando la muchacha tuvo  todo eso, se casó con un muchacho de su edad, le cambió la cerradura a la puerta y botó al viejo
-Me he casado y ándate de aquí, no vuelvas y no quiero verte    más.
Así, ni más ni menos.
-Señor, ¿usted sabía que esa relación se iba a terminar en algún momento?.
-Porque fíjese usted doctor que hermosos muebles le compré.
-Señor ¿usted sabía que esa relación tarde o temprano se iba a terminar?.
-Las joyas  que le regalé, salíamos de viaje, fuimos a Macchu Picchu y….
-Señor, yo le he hecho una pregunta y usted no me contesta, ¿usted sabia o no que esa relación tarde o temprano se iba a terminar?.
-Ella decía que me quería, que me amaba intensamente.
-Ella podía decirle cualquier cosa, pero usted ¿sabía o no sabía que esa relación se terminaba en cualquier momento?.
El viejo no podía aceptar que había vivido un autoengaño.
-Doctor yo era empresario, tenia 5 locales comerciales. Por ella  ahora no tengo ninguno, estoy arruinado, mi esposa me ha botado de la casa y mis hijos me desprecian, no me hablan.
Los hijos no le hablaban por la sencilla razón de que los había dejado sin herencia, y no por motivos de principios ni de moral.
El hombre estaba al borde del colapso.
La persona Máximo Grillo pensaba “bien hecho, por  viejo idiota”; pero el estudiante de medicina Máximo Grillo tenía que resolver el problema de paciente y salvarle la vida.
Tuve que hospitalizarlo para evitar que se suicide.
La lección que saqué de este caso, es que en estas situaciones hay un proceso de autoengaño. El paciente a la vejez quiere pensar que lo aman, que las muchachas lo prefieren por su experiencia “yo sé tratar a las mujeres” es el argumento.
Quieren vivir lo que no vivieron de joven y se aferran a una ilusión emocional sin darse cuenta  que lo engañan y se engaña a sí mismo.
¿Como puede alguien engañarse a sí mismo?. El autoengaño es la más grande y peor falta de honestidad y de honradez.
El hombre que se mete en ese tipo de situaciones debe de saber que está pagando servicios prestados y no creer que lo aman con locura, porque el único loco además de idiota es él mismo.
El día que le dieron de alta, estaba mas tranquilo. El diazepán y los antidepresivos habían hecho su trabajo.
-De aquí a donde se va?-le pregunté
- A la casa de mi hermana. Ella tiene un negocito y la voy a ayudar.
-Que le vaya bien
-Y además  voy a reconquistar  a Adela (así se llamaba la muchacha), Ya verá doctor, ya verá.
-Que viejo mas imbécil- pensé.

                                Capitulo   14
             
                      EL CRIMEN HORRENDO
Yo odiaba las guardias en el hospital. Metódico, me acostaba muy temprano y me levantaba muy temprano. Pasarme toda la noche en vela en  el servicio de emergencia no me hacía ninguna gracia, pero había que cumplir porque era nuestra obligación como estudiantes de medicina.
Durante el toque de queda la afluencia de pacientes era poca, pero nunca faltaban los pacientes, generalmente victimas del toque de queda.
Puras tragedias.
¿Cómo se llegó a ello?
Una mañana  realizamos una bulliciosa y violenta marcha estudiantil. Pero la policía no se acercó a reprimirnos como era costumbre, no había a quien tirarle piedras. Qué cosa tan aburrida.
Así que los planificadores de las manifestaciones estudiantiles, sesionamos para analizar la situación. ¿Era una nueva táctica del gobiernos, porque no aparecía la represión?, cuidado con los nuevos métodos del gobierno. Cuidado, hay gato encerrado.
En la noche, los agitadores de costumbre estábamos cenando en el comedor universitario conocido por los estudiantes como “La muerte Lenta”, analizando los acontecimiento del día, cuando uno de los muchachos llegó con la noticia
-Hey, los tombos (policías) esta de huelga
-¿Que cosa dices?
-Los tombos están de huelga, por eso no nos reprimieron, están reuniéndose en el local de radiopatrulla en la avenida 28 de Julio.
-¿La policía de huelga?. Que cosa mas rara. Cuidado con los trucos del dictadura.
Ese local se encontraba cerca del comedor  universitario, de modo que varios de nosotros nos apersonamos para ver de que se trataba, Era una sorpresa mayúscula.
Al llegar nos percatamos que el local estaba rodeado de tanques de guerra, y una gran cantidad de policías llegaban  a local totalmente desarmados. Eso fue un error gigantesco, porque les costó un gran numero de muertos.
Nos pusimos a hablar con los policías y ofrecerles el apoyo del estudiantado revolucionario en apoyo a sus demandas, que eran básicamente económicas. Hasta el día de hoy  los sueldos de la policía  en el Perú son increíblemente miserables, y ese es el origen de la corrupción policial, porque con esos sueldos no  puede vivir nadie.
Los policías  estaban convencidos que en horas sus pedidos serian resueltos.
-El general  va a venir a ofrecernos los nuevos aumentos- nos dijo un guardia.
-Esto se resuelve en pocas horas-dijo otro.
Había optimismo entre esa pobre gente.
Pero yo siempre he desconfiado de las promesas del enemigo
-Pero están seguros de que no los van a atacar?.Sino para que están esos tanques.
-Por precaución. No va a pasar nada. Estamos desarmados.
-Mire guardia, no peguen los ojos y observen bien. No sea que en el momento menos pensado los ataquen.
-Estás loco muchacho, eso no va a pasar. Estos universitarios. Todo  lo ven bronca y violencia. Estudien tranquilos carajo.
-¿Que crees Grillo?-preguntó un ferista.
-Los van a atacar cuando estén durmiendo y les va a sacar la mierda. Esto va a ser una masacre, y estos cojudos no se dan cuenta y están desarmados.
-Estás loco, no escuchaste al tombo? .Ahora les resuelven sus problemas. La reacción  no se va a pelear entre ellos. Se unen y organizan para lucha contra el pueblo.
-Sí, pero aquí hay otras cosas, otros intereses y estrategias. Veremos que pasa.
Como era tarde me fui a dormir, pensando a que hora los atacarían y cuantos serian los muertos. En esas época yo vivía en los Barrios Altos cerca de la facultad de medicina y por lo tanto relativamente cerca del local de radiopatrulla.
De repente en plena madrugada:
Rattatatatatat, bang bang bang bum bum bum, las ametralladoras, los disparos, los cañonazos de los tanques. Todo el barrio se despertó y salieron a las calles, los que tenían familiares policías empezaron a llorar. Los tiros duraron horas mientras la gente se arremolinaba cerca del local de radio patrulla preguntando sobre sus familiares y eran dispersados a balazos.
La noticia corrió por toda la ciudad. A las 7 de la mañana salí para ir a clase en el Hospital Loayza, tuve que desviarme de la trayectoria, por que los tanques no dejaban pasar y tuve que caminar un montón para llegar al hospital. Las clases se habían suspendido. Al regresar tuve que atravesar todo el centro de Lima y por consiguiente fui testigo de los saqueos de los muertos las peleas etc.
Al salir del hospital me topé con una turba que salía de local político del Apra .Iban con palos, cadenas bidones con gasolina y pistolas. Los seguí desde una prudente distancia hasta que llegaron al local del diario El Expreso, lugar donde los esperaban .Los del El Expreso habían levantado barricadas con las bobinas de papel y algunos muebles. Se armó un tiroteo .Pero el diario  El Expreso tenía una puerta lateral que empezó a incendiarse.
A pesar del resistencia organizada por los del El Expreso, fueron superados por el número, llegando a abandonar las  barricadas hechas con las bobinas de papel. Se replegaron dentro del local, y cuando se comenzaba a rociar con gasolina la puerta principal del local alguien gritó:
-Los tanques, los tanques.
Acto seguido  sonaron las ametralladoras, los disparos de fusil y  los cañonazos de los tanques que subían por el puente Santa Rosa. La multitud espantada salió corriendo mientras algunos eran alcanzados por las balas y quedaban tendidos, llenos de sangre. De esta forma se salvó el local del diario El Expreso.
Al llegar   la plaza San Martin, el local del club militar estaba en llamas, al subir por el jirón de La Unión fui testigo de los saqueos y existía en esas épocas  una tienda que se llamaba Monterrey y que era saqueada por multitudes, cuando de repente se escucharon  disparos. Eran los militares que disparaban sobre los saqueadores, vi caer gente ensangrentada, heridos de bala que se arrastraba  dejando regueros de sangre, soldados que remataban a los heridos, recogían los productos saqueados y se los guardaban. Al llegar a la esquina de  Emancipación con Carabaya, escuche disparos y vi aparecer  doblando la esquina a toda carrera a un hombre que portaba un gran maletín; detrás del hombre dobló la esquina un camión militar; dispararon sobre el sujeto que cayó fulminado al suelo totalmente ensangrentado, y al caer el maletín que llevaba se abrió y salieron un monto de joyas. El capitán que dirigía el camión de donde salieron los disparos para el hombre, se  bajo, recogió el maletín con joyas y se lo llevó. Mato al  ladrón para a su vez robarle.
Regresé sobe mis pasos y por precaución me puse mi mandil de médico, que con mi barba me daba la apariencia de profesor y creo que eso me salvo la vida varias veces, pero también dio lugar a que me llamaran de todas partes para que atendiera a los heridos en plena calle.
Al llegar a la avenida Wilson vi como incendiaban al diario El Correo, mientras los periodistas afines al gobierno salían escapando por detrás del edificio,  y por otro lado un gringo extranjero espantado con lo que veía se acercó  a los manifestantes  diciéndoles que permitieran  salir a los ocupantes  del edificio. Los manifestantes saqueadores, que eran todos apristas casi lo linchan. Al día siguiente los imbéciles de los periodistas del gobierno publicaron las fotos del gringo rodeados  de los linchadores y dijo que era un agente norteamericano que dirigía y daba órdenes a los saqueadores y que esa foto era la prueba. Así eran de imbéciles los periodistas del gobierno.
De repente apareció el búfalo Pacheco manejando una moto, seguido por varios apristas mas también en motos, danto instrucciones y dirigiendo el incendio del diario El correo.
Al pasar nuevamente por el jirón De La Unión, observé varias tiendas objeto de saqueos, incendios, muertos tirados en las calles, heridos que pedían ayuda, totalmente ensangrentados, cuando de repente apareció un camión  con soldados y la gente  huyó espantada, mientras  los soldados disparaban cayendo varios heridos, y rematando a los heridos.
-Doctor, doctor ayuda, ayude a mi hijo, lo han herido, lo han herido.
Pero eran heridas de balas de ametralladoras, y el muchacho sangraba profusamente.
-Señora tiene que llevarlo a  un hospital, aquí no se puede hacer nada, necesita  una  intervención quirúrgica , vamos a ver….
No seguí. El muchacho murió en esos momentos.

Al llega al Mercado Central , los comerciantes del mercado agrupados y armados de palos y agua hirviendo se enfrentaban a los saqueadores, en una batalla verdaderamente bestial, se golpeaban con palos, cuchillos, piedras, ladrillos y rugían como fieras. Nunca había visto tanto salvajismo. En las peleas y saqueos participaban incluso las mujeres, que eran las mas feroces por lo que pude ver.
En la avenida Abancay, las tiendas y comercios eran saqueados, por las veredas y pistas de la avenida se arrastraban montones de gente herida, todos  me llamaran:
-Doctor, doctor.
Mi mandil blanco, si bien me salvó de que me mataran, trajo como consecuencia que multitudes de heridos me llamaban pidiendo auxilio, yo nada podía  hacer, sin instrumental ni medicina alguna .Solo podía observar como sufría y moría toda esa gente.
Por  todas partes, también se asaltaba a simples transeúntes para robarles, y en  una esquina de la avenida Abancay  unos sujetos violaban a una muchacha que gritaba desesperada, y los violadores disparaban  a todo aquel que salía  en defensa de la infortunada.
Era el salvajismo total.
Me dirigí a la facultad de medicina a cuyo costado funcionaba y hasta ahora funciona la Morgue Central de Lima.
Un espectáculo propio de películas de terror.
Frente al local de la morgue  estaba un camión lleno hasta arriba de cadáveres sangrantes. La sangre caía de todas partes del camión. El camión chorreaba sangre por todas partes, y la sangre que chorreaba  se estancaba debajo del camión frente a la puerta de la morgue. En el camión había cadáveres de hombres, de mujeres y de niños.
Siempre he sido un hombre de sangre fría y nada me produce espanto, pero la verdad es que ante semejante espectáculo me quedé pasmado. Nunca antes había  visto algo semejante. Por todo lo que vi puse en duda ese día aquello que me habían enseñado mis padres, de que el hombre era un ser racional y pensante. Eso era un error de mis padres. Solo vi salvajismo.
Según cifras oficiales se saquearon 162 tiendas y solo hubo 86 muertos, pero eso en mentira, los saqueos fueron mucho mas y los muertos  fueron muchísimo mas, a los que hay que añadir los muertos del toque de queda que duro años.
Incluso se ocultó la cantidad de policías muertos  en la toma de  radio-patrulla.
Por todas  partes había muertos, heridos, saqueos, charcos de sangre, hasta que llegue a mi casa. Todos los vecinos del barrio participaban en los saqueos de las tiendas del barrio, a pesar de que eran conocidos de los comerciantes e incluso amigos.
Un japonés que llegó a su tienda  y pretendió parar el saqueo  fue muerto a golpes delante de mis propios ojos. Otro japonés, con la cara pintada de negro arrojaba agua hirviendo a los asaltantes, mientras sus acompañantes lanzaban piedras a los saqueadores. Solo la botica del barrio se salvó, por la sencilla razón de que algunos del barrio trabajaban en dicha botica y salieron a defenderla.
En otra tienda disparaban desde dentro de ella y las balas atravesaron la cortina de fierro hiriendo a algunos saqueadores. El espectáculo era infernal.
Al llegar a casa mis padres y mi hermanita me recibieron alborozados:
-Hijo estas vivo –dijo mi madre
-Hermanito, hermanito- mi hermana
-Ten cuidado hijo – dijo mi padre. Hemos escuchado cosas espantosas en la radio.
Al asomarme a la ventana ví a  los saqueadores correr por todas partes llevando ropas, electrodomésticos televisores, maquinas de coser y hasta fierros viejos y ropa ensangrentada.
En eso la radio dijo:
-Se convoca con carácter de urgencia a los médicos, enfermeras y estudiantes de medicina acercarse de urgencia a sus sedes.
Así que nuevamente me puse mi mandil de estudiante de medicina y me dirigí al hospital 2 de Mayo, que quedaba cerca de mi casa, mientras mis padres y  mi hermanita quedaron rezando.
En el  trayecto al hospital vi filas de saqueadores tumbados en el suelo, capturados por los soldados, que eran golpeados por estos y a otros los remataban a tiros, incluido a  las mujeres. Una mujer gritaba a alaridos e insultaba a los soldados mientras estos la golpeaban y luego la mataron a balazos. Un chiquillo de unos 12 años que salió corriendo la abatieron a tiros. El mandil de médico  me salvó de cualquier ataque.
Al llega al hospital, observé un espectáculo dantesco: en  el servicio de emergencia habían cadáveres amontonados. El personal no se daba a abasto para atender tantas desgracias. En  el suelo había entre otros el cadáver de una mujer embarazada acribillada a tiros y del vientre asomaba el feto; un hombre de unos 35 años se miraba los muñones donde antes habían estado sus manos que habían sido cercenadas por las balas de las ametralladoras.
Los heridos estaban por todos los ambientes del hospital, hasta en los locales administrativos. Todo era un espanto.
Al día siguiente y los posteriores, delegaciones de policías se acercaron al comedor universitario y a los centros de estudiantes a pedir apoyo.
Los que días antes nos reprimían con balas, bombas lacrimógenas y  golpes, ahora nos pedían apoyo y los estudiantes se los dimos. También hubo infiltrados. Un presunto policía, pero  que era un miembro del servicio de inteligencia que se hacía pasar por policía, en pleno mitin de rechazo a la matanza, fue reconocido por un ferista, hijo de un policía. Los demás policías se le fueron encima, y con ayuda de los estudiantes le dieron una paliza al soplón.
Pero el espanto no terminó ahí, sino que el gobierno impuso el toque de queda.
Todas las mañanas, los estudiantes de medicina pasamos por el servicio de emergencias médicas para ayudar a nuestros profesores en atender a las innumerables victimas del toque de queda. Todos los días habían heridos, muertos, violadas y violados etc. No hubo un solo día, en que no encontráramos victimas del toque de queda  durante los años  en que este duró.
En una madrugada estando de guardia, en pleno toque de queda trajeron a un niño de 10 años abaleado. Resulta que el toque de queda empezaba a las 10 de las noche. El niño, junto con otros menores, todos de 10 a 8 años de edad, que nada saben de toque de queda y de razones políticas, estaban  jugando con la pelota, cuando paso un camión del ejército, que apenas los vio jugando abrió juego. Mato algunos y  a este lo  hirió. Pero a pesar de los cirujanos murió a poco de llegar al hospital. Hay que ser muy bruto para ametrallar a  unos niños que juegan con la pelota.
Otra vez, a las 6 de la mañana, que era la hora en que acababa el toque de queda, llegó una muchacha, con las piernas ensangrentadas. Resulta que se le hizo tarde y estando cerca de la hora del toque de queda, se dirigió a la comisaria de la policía, con la idea de pasar sentada  la noche  y de este modo evitarse problemas. Los policías la violaron.
Llegó llorando, la falta rota, sin calzón y las piernas ensangrentadas hasta las rodillas. Rogó a los policías que no la mataran, les dijo que su padre era sargento de la policía y de que tenía hermanos policías. Eso la salvó.
Otra noche llegó un muchacho negro de unos 22 años, con el tórax  sangrando y tosiendo, y con cada tos botaba sangre. Le habían disparado por la espalda. Yo le atendí personalmente y mientras trataba de escuchar sus pulmones tosió  fuertemente y expulsó junto con la sangre la bala que le había disparado .Era una bala de fusil.
Lo pasamos de inmediato a la sala de operaciones pero murió.
En otra oportunidad llegó un muchacho de unos 17 años. En pleno toque de queda lo detuvieron personal de infantería de marina, y lo violaron, además de masacrarlo a golpes.
También llegaban familias completas víctimas de los soldados, que se metían en las casas a robar atacando a todos los habitantes de la casa.
En el colmo de la idiotez, cuando paso por el Perú el cometa Halley, nadie pudo verlo, porque estaba prohibido salir a la calles a mirarlo.
Cerca  de la facultad había un edificio, y los vecinos subieron con telescopios a mirar el paso del cometa, pero fueron desalojados a tiros y casi matan a varios. Me irritó sobre manera que me prohibieran  ver el cometa .Tendría que esperar 70 años para que pase de nuevo por la Tierra.
Pero lo que  rebalsó  el vaso fue una noche fría de invierno cuando estaba de guardia junto con otros muchachos de mi promoción.
Estaba dormitando cuando la sirena de un patrullero sonó a la puerta del hospital
-Maldición, otro víctima del toque de queda –pensé.
Me levanté de mala gana, cuando vi entrar a un policía trayendo en brazos a un bebé ensangrentado, y detrás de él dos policías traían cargada una mujer medio muerta ensangrentada.
¿Qué había pasado?.
Resulta que la dictadura había dado una norma , por la cual todo aquel que tenía una emergencia  médica podía salir a la calle portando un palo con una sabana o bandera blanca y dirigirse a  un hospital.
La mujer, de repente sintió dolores de parto, y salió con su marido, con un palo de escoba donde había amarrado un pedazo de sábana blanca.
Para su mala suerte  se topó con unos soldados que mataron al marido y le robaron hasta los zapatos, mas encima  violaron a la parturienta.
Cuando pasó por la zona el patrullero de la policía  encontraron al hombre muerto a tiros, al bebe que había nacido solo con la placenta aun pegada y a la mujer a muriéndose desangrada.
Con las justas salvamos  a la mujer y al niño.
Ese caso ni siquiera se anotó en el libro de las emergencias, para no dejar rastros  que pudiera causar  problemas al gobierno.
Enfurecido  fui a hablar con el médico jefe de la guardia
-Profesor, hay que denunciar tan espantoso crimen
-Tranquilo Grillo, Hay que evitarse problemas con el gobierno. Tú sabes como son estos militares.
-Pero profesor no  podemos quedarnos callados ante crimen tan espantoso.
-Grillo, Grillito, tranquilo hijo. Lo que pasa es que eres  muchacho idealista, pero hay que ser más maduro y evitarse problemas, tienes que madurar muchacho, tienes que ser responsable.
O sea, que protestar  y denunciar crímenes tan espantosos es ser chiquillo idealista y guardar silencio es ser maduro y responsable.
Yo no estaba dispuesto aceptar semejante hipótesis, de forma de que indignado fui a San Marcos, donde los muchachos del FER, a quienes referí lo ocurrido. El episodio causó tanta indignación, que los muchachos FER formamos un grupo, al que llamamos los Fedayines Rojos,
Durante las noches de toque de queda, salíamos atacar a los soldados en las afueras de Lima y en algunos distritos que estudiábamos primero, protegidos por la oscuridad de la noche.
De esta forma descubrimos que esta gente cuando eran atacados no peleaban, sino que huían despavoridos. En una oportunidad, un pobre vago que dormía entre unos matorrales al escuchar la balaceara salió corriendo. Los soldados lo acribillaron. Llegaba un soldado y le descargaba toda la cacerina, luego venia otro y hacia lo mismo y otro mas y otro mas. Eran víctimas del pánico.
En mi casa mis padres y mi hermanita estaban seguros que su querido y precioso hijito y hermanito estaba atendiendo en el hospital. Nunca se imaginaron  en que estaba metido.
Nunca los periódicos ni  la televisión dijeron  jamás nada sobre esos hechos.
En esas épocas no existía Sendero ni el MRTA. Nosotros fuimos son antecesores.
De esos episodios han pasado como 40 años y ya no me acuerdo como se llamaban los muchachos y muchachas, verdaderos héroes anónimos del pueblo.
No los he vuelto a ver, desde que salí de la universidad. Pero quede testimonio de que en esas épocas aciagas, hubo un grupo de universitarios Sanmarquinos que defendieron al pueblo, en forma anónima y pusieron en peligro  estudios, libertad  y vida para salvar  y proteger al pueblo. Me siento orgullo de ellos y de mi mismo, porque supe cumplir con mi deber de FERISTA.

                           Capítulo   15

                      LAS TORTURADAS.

Tigre, con ese nombre lo conocía, era un muchacho ferista, bastante valiente y  combativo. Siempre estuvo en todas las luchas y movilizaciones que organizaba el FER. Parco, era poco comunicativo y siempre estaba serio. A diferencia de muchos feristas que como yo eran extrovertidos y bulleros, Tigre guardaba reserva y observaba. Pero eso no tenía importancia, lo principal era que siempre fue un buen luchador y consecuente con la organización.
Dejamos de vernos  cuando salimos de la universidad.
Muchos años después, una tarde que salía apurado de mi trabajo en el  Centro de Salud de Breña, pensando en el almuerzo que Julia me había preparado: suchi, un especie de pescado chicloso con algas, fideos de arroz y otras delicias japonesas, cuando escuché una voz a mis espaldas:
-Grillo, Grillo
-Tigre, a los años, que gusto verte,
Nos dimos un fuerte abrazo
-Que haces por aquí  Tigre?
-Vine a buscarte
-Que bien, dime en que puedo servirte?
-Er..mira Maximo…. en primer lugar no quiero que te sientas obligado, sino puedes hacerlo, nosotros comprenderemos y   de todos modos te quedaremos agradecido.
-Habla, ¿de que se trata?
De esta forma me enteré de cosas de las cuales no tenía la menor idea. Me   enteré que en la época del estado de emergencia, además de Sendero Luminoso y del MRTA, en el país operaban 4 ó 5 grupos subversivos más, los cuales nunca jamás se dieron a conocer.
Su principal arma era su total anonimato.
Incluso cuando realizaban sus operaciones dejaban panfletos de Sendero Luminoso y del MRTA, para despistar, de forma que sus acciones eran achacadas a Sendero y al MRTA.
Tigre pertenecía a uno de esos grupos anónimos.
Resulta que a causa de la represión indiscriminada de la policía y de las fuerzas armadas,  una muchacha del grupo de Tigre, había sido detenida, y tras ser torturada y violada le habían introducido una granada de guerra en el ano, para que volara en pedazos. Por alguna razón la granada no explotó y lo que querían  era saber si yo podía operar a la víctima y sacarle la granada.
-Si, si puedo, claro que si, vamos de  una vez.
¿Y mi pescado chicloso con algas, mis  fideos de arroz y todas las cosas ricas japonesas que me  había preparado Julia?
Bueno  podían espera, cuando llegue a casa le diré a Julia que lo caliente en el microondas.
Subimos a un carro que nos esperaba y tras un montón de vueltas y contra vueltas llegamos a una urbanización. Al ingresar me llevaron al segundo piso donde estaba la víctima.
Se trataba de  una niña campesina andina de  unos 11 años, con las típicas mejillas sonrosadas de las niñas andinas recién bajada de la Sierra.
Estaba boca abajo y cubierta por  una sabana.
Al descubrirla pude ver que alrededor de las nalgas había sangre, y al separar las nalgas pude observar la granada que asomaba entre los coágulos de sangre y rastros de excremento.
Mi preocupación no era que la granada explotara y me matara, sino que me volara las manos.
-¿Alguien tiene dedos fuertes?-pregunté.
- Yo-dijo un muchacho
-Mira, sujeta con fuerza la manija de la granada, porque sino  explota
Apretamos las nalgas para hacer presión y evitar la explosión, mientras el voluntario metía sus dedos, agarraba y apretaba la manija de la gradada.
Poco a poco fuimos sacando la granada hasta que fue posible colocar un clavo como seguro y evitar la explosión.
Acto seguido  limpié,  las heridas con bastante agua oxigenada.
Pero había un problema, no teníamos anestesia
Prácticamente estuve como tres horas para reconstruir el ano, el recto y la vagina de la niña campesina, la cual  no grito, ni lloró, pero las lagrimas le corrían por la mejillas en silencio, mientras su madre la consolaba a hablándole en quechua.
Al terminar, yo estaba empapado en sudor a pesar de ser invierno. Tigre me explicó que esa tortura de colocar granadas y explosivos a los torturados, era una nueva forma de tortura traída por los judíos israelitas traídos por Agustín Mantilla ministro del interior del primer gobierno de Alan García. Resulta que el tal Agustín Mantilla, posteriormente encarcelado por corrupción, filmado mientras recibía dinero de Montesinos para la campaña electoral del Apra, había traído  lo que él llamaba expertos en lucha contraterrorista, desde Israel , además de comprar armas a Israel para la guerra contrasubversiva.
Estos judíos llegaron a abrir un gimnasio de artes marciales, donde entrenaba los paramilitares del Apra, tales como el llamado  comando Rodrigo Franco. Las espantosas torturas aplicadas a los palestinos, que horrorizaron al mundo entero, primero fueron  ensayadas aquí en el Perú,  por los agentes torturadores judíos, y aplicados a los presos políticos.
Hasta que los del MRTA se enteraron del asunto y le metieron un bombazo al gimnasio, tras lo cual los judíos  torturadores huyeron despavoridos.
-Grillo, un vaso de vino?
-No gracias no tomo bebidas alcohólicas ni fermentadas
-¿Un cafecito caliente?
-No gracias no tomo café ni consumo azúcar.
-Bueno , que quieres tomar
-Una gaseosa helada.
-Me llevaran a mi casa. Mi mujer me espera con pescado chicloso, algas y fideos de arroz.
--Maximo, podrías atender a un paciente mas?
-Sale, donde está?
Resulta que la tal casa era mas bien una especie de hospital.
Me trajeron a una mujer de unos 60 años, que cojeaba al caminar.
Había estado torturada por días,  colgadas de  unas cadenas siendo utilizada por los judíos torturadores como objeto de enseñanza para los torturadores apristas peruanos de la policía.
En su desesperación e ingenuidad la pobre mujer rezaba y le pedía ayuda al Señor de los Milagros  para que le alivie los dolores, lo que le producía risas y burlas a los torturadores judíos
-Rezare a ese cabrón,  sino pudo bajar de la cruz a lo mejor te saca a ti de las cadenas-se burlaban los judíos israelitas torturadores de la pobre mujer.
Las oraciones deben de haber hecho efecto, porque la mujer sobrevivió, pero quedó bastante mal a consecuencias del obrar de los torturadores judíos.
Antiinflamatorios, analgésicos y recomendaciones de fisioterapia y no se podía hace nada más.
-Maximo .disculpa, pero por ahora no tenemos para pagarte tus servicios profesionales, estamos mal de economía.
-No te preocupes, ya me pagaran cuando puedan, lo principal es el paciente y su bienestar.
-Gracias Grillo, no esperaba otra cosa de ti.
Me dejaron cerca de mi casa. Durante el trayecto, Tigre y yo recordamos viejos tiempos de nuestra época de estudiantes agitadores. Del grande, único autentico,  verdadero  y glorioso FER.
A llegar a casa Julia protestó
-Donde has estado, toda la comida está fría.
-Disculpa chinita, fue un trabajo médico de urgencia. Pero no es problema, ponlo en el microondas.
Julia siguiendo sus costumbres japonesas me bañó, me hizo sus masajes relajantes japoneses Siatzu, me empapó con  mi colonia cítrica después del baño y sirvió mi comida de pescado chicloso con algas, mis fideos de arroz, y me quedé dormido como una piedra. Recién en la mañana pude responder los tratos cariñosos de mi mujer.
Han pasado muchos años de esos episodios, y hasta la fecha, Tigre y su gente, no me  han pagado mis consultas. Seguro siguen mal de economía.
Tigre, cuando puedas, visítame.



                                     Capítulo   16

EL DIABLO VISTE LA MODA, USA CALZON Y REGALA BIBLIAS: LA PASTORA

Aquí en el Perú, las iglesias evangélicas son una verdadera plaga. Todos los días salen las noticias de pastor viola feligresa, pastor mata a rival, pastor se roba el dinero, pastor jefe de banda de narcotraficantes, pastor  asaltante de banco, pastor asesina  etc etc.
Ya me tienen harto con eso.
De que hay evangelistas honestos, los hay , pero son tan pocos , tan reducidos, que nadie los conoce.
No hace muchos días  salió la noticia y el video en la televisión  de que el pastor de una iglesia, “Pare de Sufrir” (así se llama la iglesia) un  brasileño avispado, mostraba su casa en la   que tenia grifos de oro en el baño, y afirmaba que eso era por voluntad de Dios que le premiaba por su labor evangélica. Es el colmo.
Una vez al ir comprar en el emporio comercial de Gamarra, observe que en un local funcionaba una iglesia evangélica y que mientras el pastor parado en plena calle predicaba, la tal iglesia estaba vacía.
Le comenté al vendedor a quien le compré unos polos:
-La iglesia está vacía, ¿porque?
-El pastor le ha robado sus ahorros a varios compañeros comerciantes, y nadie cree en él.
Y con el cuento de que el Diablo los tentó, resuelven y justifican todas sus pendejadas.
Lo que ocurre, es que los avivatos extranjeros y peruanos se han dado cuenta que la población peruana  es ingenua,  con escasa cultura y sin ningún pensamiento científico, o sea ignorante, dispuesta a creer  cualquier cosa y además supersticiosa y que  aquí se puede hacer  su grandes negocios.
Pero  hay mucho mas, las iglesias evangélicas en el Perú son sucursales de las iglesias evangélicas de los Estados Unidos, que es lugar donde se encuentra las metrópolis de estas iglesias.
Las tales  iglesias evangélicas  son la base social del partido Republicano de los Estados Unidos y obedecen sus mandatos. Es por eso que aquí en el Perú las iglesias evangélicas apoyan la invasión a Afganistán e Irak y todas las inversiones y agresiones del imperio. Simplemente cumplen órdenes.
El caso más emblemático es el de  Humberto Lay actual  miembro del Congreso Nacional.
Resulta que este tal Humberto Lay, tras una reunión de las iglesias evangélicas, cumpliendo  indicaciones de las metrópolis norteamericanas, fundaron un partido político y lanzaron la candidatura presidencial de  Humberto Lay.
En plena campaña electoral, el Comité Ejecutivo de su partido evangélico, llamó a  una conferencia de prensa e informó que Humberto Lay, su candidato a la  presidencia de la República, era expulsado del partido por ladrón. Se había robado según dijeron,  el dinero de la campaña y las computadoras. Un típico pastor.
Pero eso no fue todo, la iglesia  evangélica a la cual pertenecía Humberto Lay, y de la cual también era  miembro de consejo directivo, llamó también a una conferencia de prensa y público un documento en el cual notificaba que expulsaban de la iglesia a Humberto Lay, por ladrón. Según dijeron se había afanado el dinero de Jesús y los Santos Apóstoles.
O sea el Diablo vendiendo cruces.
Estaba maldito por Dios y por su partido.
Pero lo más  curioso, es que el partido político de los evangelistas, pocos días después comunicó que a pesar de  haberlo expulsado por  ladrón, igual iban a votar por él para presidente.
¿Cómo se explica semejante estupidez?.
Muy sencillo, eran las órdenes de las iglesias  evangélicas norteamericanas. Humberto Lay era su candidato.
Son cosas que solo pasan en el Perú.
Pero lo más asombroso fue lo que pasó posteriormente.
Resulta que en las elecciones del 2011, Humberto Lay fue elegido congresista del Perú, con los votos de los evangelistas. ¿Y qué creen?. Como congresista de la república, ¡FUE ELEGIDO PRESIDENTE DEL COMITÉ DE  ETICA DEL CONGRESO DE LA REPUBLICA DEL PERU¡.
Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja.
Ya pues, no sean malos, no me hagan reír tanto.
Son cosas que solo pasan en el Perú.
En una oportunidad pretendió presentarse  una congregación evangélica en la facultad de Derecho de San Marcos. Decidimos expulsarlos de la Universidad. Pero vimos que estaban barriendo y limpiando el estadio de la universidad que estaba hecho un asco, como siempre.
-Mejor esperamos que limpien el estadio y luego los botamos-dije.
Así las cosas los demonios evangélicos  tuvieron el cinismo de presentarse en la facultad de Derecho, donde justificaron la guerra de Vietnam, las matanzas en defensa del evangelismo, la guerra contrasubersiva, las acciones militares de la OTAN, las inversiones norteamericanas. Los estudiante feristas los expulsaron violentamente de la sala de conferencias, de la facultad de Derecho y del campus universitario, al grito de: ¡fuera demonios imperialistas de San Marcos!.
Pues bien, esta es la historia de La Pastora.
Resulta que a una de las camas de la sala Julian Arce del Hospital 2 de Mayo llegó un paciente evangelista con un cuadro de infección severa. Cuando fui a pasarle visita lo acompañaba una sobrina, que pertenecía a la misma iglesia evangélica y que mas encima era pastora de la iglesia.
Cuando me vio, me clavó la mirada:
-Dios lo bendiga, hermano
-Ah?, que ?, gracias , muchas gracias por sus deseos.
-Soy Susana sobrina de su paciente
-Va bien, se recuperará
-Dios misericordioso lo guarde doctor. Él, el todopoderoso le ha dado el poder de curar, es un elegido del señor.
Acto seguido me regaló unas imágenes de su iglesia.
Al día siguiente, la sobrina evangélica estaba al pie de la cama del paciente.
-Dios lo bendiga hermano
-Gracias, como se siente el  hombre?.
-Mucho mejor, hermano Dios nos ampara. Tome hermano es para usted.
Se trataba de una Biblia
-Gracias, la leeré
La pastora no sabía que a los 12 años de edad, sin influencia de nadie y solo por las lecturas que había tenido y las reflexiones, me volví ateo absoluto. A esa edad me estudie la Biblia de cabo a rabo con el objetivo de contradecirla en  todos sus puntos. Me sabía la Biblia de memoria.
Al día siguiente, Susana me esperaba con un montón de folletos de su iglesia
-Dios lo bendiga. Puedo hablar contigo?
Me llamó la atención el nuevo trato que me daba, muy familiar.
-Claro
-¿Te puedo llamar Maximo?
-Si, claro
-Maximo ¿has sentido el llamado del Señor?.Porque elegir ayudar al prójimo, es  una virtud que solo se adquiere cuando se escucha la llamada del Señor. He visto como atiendes a los pacientes. Eres diferente a los demás
-Es responsabilidad solamente.
-No. Eres diferente, veo que sufres por tus pacientes. Sabes más que los demás. Eres un elegido del señor. Tienes que venir a mi iglesia. Siento el llamado que el señor te hace.
La muchacha tenia buen corazón, todas las mañanas se acercaba a las camas de los demás pacientes, los consolaba con sus palabras, ayudaba a las enfermeras, ayudaba a lavar a los pacientes, les regalaba estampitas y biblias.
-Dios es misericordioso y perdona los pecados, acércate a Dios y te bendecirá. No temas Maximo Él perdonará tus pecados.
-Un momento, yo no soy ningún pecador. No tengo pecados. ¿Me va a perdonar mis pecados? ¿Cuales pecados. Yo no tengo pecados.
-El hombre nace en pecado
-Susana, yo no tengo debilidades, ni vicios ni pecados. Nunca me equivoco, siempre tengo razón y siempre lo sé todo. ¿Está claro?.
-Solo Dios nunca se equivoca y solo Dios lo sabe todo.
-Entonces soy una nueva versión de Dios, no crees?
Susana se quedó con la boca abierta del asombro. Nunca esperó tan audaz respuesta.
-La soberbia es un pecado.
-No es soberbia, es la verdad. El día que yo me equivoque, te vas a la  iglesia a rezar, porque quiere decir que el fin del Mundo está cerca.
-Susana, yo me puedo dar el lujo de repetir las palabras de Jesús “Quien me puede acusar de pecado”?. O también las palabras del fariseo hipócrita “gracias te doy Señor  por no ser como estos publicanos, que no han leído las cinco tesis filosóficas del presidente Mao, no saben astrofísica ni medicina ni filosofía, ni robótica, no tienen mis conocimientos ni mi inteligencia”.
-Nunca he visto tanta soberbia. Pero en el fondo eres noble Máximo, pero equivocado. Eso es porque no quieres escuchar las palabras del Señor. Abre tu corazón a Dios. El te puede cambiar, El te salvará. La humildad es propia  de los grandes hombres y de los santos. Jesús es el humilde cordero del Padre que vino a salvar a los hombres de la soberbia del pecado. Máximo, la soberbia es uno de los peores pecados, la soberbia aleja al hombre de Dios. La soberbia fue el pecado de Lucifer, lo que lo convirtió en un rebelde.
-Yo no soy  un santo, y no puedo aceptar que el que se rebela contra la injusticia  sea un agente del Diablo.
-La santidad está al alcance de todo aquel que escucha el llamado del Señor.
-Confucio decía “como es difícil ser un santo, busquemos ser sabios”. Prefiero la sabiduría.
-Aquel que es capaz de tener clemencia por los enfermos que sufren está en el camino de la santidad.
La verdad, es que me estaba divirtiendo de sus creencias, pero sentía respeto por la mujer, en sus creencia era honesta.
Pero Susana estaba resuelta a salvar a mi alma pecadora, ó tal vez  quería salvar alguna otra cosa.
Note que cada día venia mejor vestida, perfumada y arreglada. Como usaba faldas muy cortas, cada vez que cruzaba las piernas se le veía el calzón. Estos eran blancos o celestes, y por lo visto se los cambiaba cada día.
-Por lo visto eso no era pecado para ella. O era un súcubo (demonio con forma de mujer), o bien no se daba cuenta de los que hacía-pensé.
Si la pastora insistía en convertirme para su iglesia, porque yo no hacia lo contrario y le daba folletos del FER (Frente Estudiantil Revolucionario?.
De esta forma le regalé las cinco tesis filosóficas del presidente Mao. Los escritos políticos militares del presidente Mao etc.etc.
Lo cierto es que su dedicación para ayudar a   los pacientes me llamó la atención. Era una buena samaritana.
-El amor de Dios todo lo cubre. Dios conoce el corazón de cada hombre. Maximo tu eres especial. En el fondo de tus ojos brilla la misericordia de Dios.
-No es para tanto, Susana. Solo se trata de tener responsabilidad con el prójimo que sufre. Estoy lejos ser  un santo.
-Máximo tu te has acercado a salvar a mi tío y a mi me tratas con respeto. Los demás estudiantes se me acercan con otras  intenciones, no son como tu.
-Dios te ha dado el poder de curar, eres un bendito del Señor. Eres un elegido.
-Porque te resistes a aceptar el llamado de Dios?. Vamos a mi iglesia.
Todos los días se acercaba  para hablar de los artículos y versículos de la Biblia .Empecé a darme cuenta que el interés de Susana  no era solamente  religioso. Sus ojos me decían otra cosa. Por momentos se desesperaba al ver que sus prédicas no me convencían en absoluto.
-Cuando el Señor multiplicó los panes y los peces, también multiplicó la capacidad del amor en los hombres. No te resistas al llamado del señor, Máximo. Tu crees en la violencia para salvar a los hombres de la miseria, yo creo en el amor de Dios por los hombres, y en el amor de los hombres por su prójimo.
-Eres una ilusa Susana.
-Tú dices Máximo que te preocupas por la gente pobre y por la miseria en la que vive la gente. La pobreza  la miseria, la explotación  es obra del diablo. Al ayudar al prójimo destruyes la obra del diablo. En nuestra iglesia nosotros también nos preocupamos de los pobres. Ven y observa lo que hacemos. También es  una forma de ayudar, en el nombre del Señor.
Hasta que mi mente siniestra concibió la idea de que mejor iba a su iglesia que quedaba  en una barriada pobrísima, hoy llamada Pueblo Joven.
Hablaría con los muchachos del FER, la“ Banda Roja” de mi promoción, podríamos hacer un trabajo político y convertir a esa barriada en una base revolucionaria.
-Bien Susana, cuando vamos a visitar tu iglesia?
Los ojos le brillaron de felicidad y daba pequeños saltitos de pura alegría.
-Vamos este Domingo.
Ese Domingo Susana pasó a recogerme  al hospital.
Muy coqueta, con minifalda, botas y perfumes se había puesto una blusa con un escote pronunciado.
-Sube Maxito, sube.
Estaba radiante.
El auto recorrió la ciudad unas 2 horas hasta que llegamos al pueblo joven. Una barriada miserablemente pobre con casa de esteras y pedazos de maderas y cartones. Al aproximarse el auto a la barriada, Susana fue reconocida
-La hermana
-la hermanita
-llegó la hermana
-La hermana Susana
A medida que avanzábamos,  una legión de andrajosos, mujeres niños, hombres, corrían desesperados detrás del auto en que venía Susana, todo llevando bolsas, costales.
Como había llovido el pueblo joven estaba lleno de charcos de barro .Las gentes se caían en su loca carrera en los charcos, embarrados, sucios, agitados corrían y gritaban :
-La hermana
-La hermana llegó
Y su número seguía aumentando.
En eso noté que Susana se había transformado, tomó una pose hierática, se transfiguró.
Al llegar a su casa, que también era el templo, el auto se detuvo.
La casa-templo quedaba a la plaza principal de la barriada, y que no era otra cosa que un simple canchón de tierra.
Susana descendió del auto, se paró como una estatua frente al público que seguía aumentando frente a su casa. Parecía una estatua, inmóvil, hierática, mirando hacia ninguna parte, solo miraba hacia el cielo. La gente se acercaba y le aclamaba como a un santo. Unas señoras se acercaban y le besaban  los pies. Susana no se movía, parecía una de esas estatuas egipcias antiguas
-Hermana
-Hermanita
Se aplazaban a sus piernas,  muchos lloraban.
Cuando se había reunido cerca de unas 150 personas que clamaban, lloraban, rezaban, rogaban, Susana levantó los brazos y  la plaza enmudeció. Se hizo un silencio sepulcral.
-Hermanos, los alimentos no serán entregados el día de hoy. El embarque  de los víveres enviados por los hermanos desde los Estados Unidos ha sufrido un retraso. La próxima semana estarán llegando y de inmediato se hará la repartición.
Un alarido de horror se escuchó por toda a plaza, y estalló un llanto colectivo, y luego poco a poco  una procesión de andrajosos llorosos fue abandonando la plaza.
-Hermana, la próxima semana, no?
-Hermanita, sin falta la próxima semana, verdad?. Mientras Susana no se movía, ni movía un solo musculo, hasta que se fue el último. Se volvió hacia mi  y me dijo:
-Maximo, entra a mi casa.
En su casa había de todo tipo de manjares y comodidades. Susana tomó una guitarra y todos en su familia se pusieron a cantar  canciones evangélicas. Al rato Susana me sacó a bailar,  y bailando pegó su cuerpo contra el mío.
-Cuidado Maximo, cuidado con las trampas religiosas-me dije a mi mismo
-A mí con el cuento de la religión como  pretexto.-pensé.
De rato en rato llegaban algunas personas con peticiones sobre medicinas, consejos, o simplemente a recibir órdenes de Susana.
La lección que saque de esa experiencia, fue que el que controla la comida, posee el verdadero poder, un poder absoluto.
Los norteamericanos a través del reparto de los víveres tenían un poder absoluto sobre toda esa población.

Nunca vi tanto poder absoluto como el que ejercía Susana. Un poder tan absoluto, que yo nunca lo había visto, en ningún partido político ni siquiera en instituciones militares.
Lo que me llamó la atención era que Susana veía todo eso como algo natural, no era consciente de que era una simple herramienta al servicio del imperialismo y sus intereses de dominación.
Horas después me llevaron de regreso al hospital  y tras las bendiciones de Susana y los aplausos de los demás jerarcas de la iglesia me retiré.
Lo que hizo Susana fue  demostrarme su poder, su enorme poder, y hacerme entender quien era el que mandaba y como lo hacía.
Días después el tío de Susana fue dado de alta.
Susana me buscó para darme las gracias por todo lo que había hecho por su tío.
–Máximo, bendito del Señor, no sabes cuánto te agradezco que hallas curado a mi querido tío. El Señor es contigo. Dios te bendiga.
Sorpresivamente se colgó de  mi cuello y me dio un beso en la boca; se quedó mirando cual era mi reacción.
Solo sonreí.
-Dios te bendiga Susana. El Señor es contigo
-Te espero en la iglesia, Maximo.
Nunca fui a su iglesia y nunca más la ví.

               Capitulo  17

                 EL EXAMEN COPAIBA

La dictadura militar hizo todo lo posible para apoderarse de  las universidades, pero, en el caso de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos Decana de América, se encontró con la feroz resistencia del estudiantado, encabezado por el FER.
El gobierno coludido con las autoridades de la universidad, desataron una serie de tácticas y métodos de penetración y control, pero nosotros les desbaratamos todas sus maniobras, sin excepción.
Una de sus maniobras era controlar al comité del examen de admisión de la  universidad.
En contubernio con el rector, “Juan de Dios, el Santanero” como  lo llamábamos los estudiantes, y con el pretexto de cuidar los exámenes de ingreso, colocaron policías en el comité de admisión.
El  objetivo era hacer ingresar a San Marcos a gente del entorno del gobierno, y del entorno de las corruptas y reaccionarias autoridades de la universidad, así como a miembros del ejército y de la policía, y de esta forma lograr el control de San Marcos.
El presidente del comité de admisión era un catedrático de apellido Copaiba, que enseñaba en la Facultad de ciencias.
Resulta que la policía que cuidaba los exámenes de admisión, en vez de cuidar, se apoderaron de los exámenes y los vendieron a buen precio.
En solo dos días, a través de toda una red montada con anticipación y alevosía, vendieron los exámenes a buen precio tanto a academias de preparación de ingreso a las universidades como a particulares,
Este escándalo fue de tal magnitud, que a San Marcos postulaban 40,000 postulantes y se llegaron a vender 50,000 exámenes. Toda una enorme estafa, gigantesco fraude, montado por la policía y  las autoridades reaccionarias de la universidad.
Los muchachos del FER tenían conocimiento de anteriores fraudes en el examen de ingreso, pero no tuvieron las pruebas inmediatas como fue en este caso.
Se enteraron de la venta masiva del examen y se compraron varios ejemplares. Me avisaron:
-Grillo, hemos obtenido el examen de ingreso, que el dia de mañana van a rendir los postulantes, ven a ayudarnos.
Rápidamente resolvimos los exámenes, y luego sacamos miles de copias con  un encabezado que decía
.”Este es el examen que dará dentro de  unos minutos y estas son las repuestas, abajo el fraude y la gran estafa”.
Temprano en la mañana, brigadas de feristas se distribuyeron  por todas las sedes del examen repartiendo  los impresos.
-Tome aquí está el examen y sus respuestas  que darán en unos minutos.
Cuando la policía se enteró  fueron rápidamente a capturar a los feristas que denunciaban el gran fraude, fueron arrestados, golpeados y torturados, pero no pudieron impedir el estallido furioso  de los postulantes en casi todas las sedes
.
Los estafados se enfurecieron y mostraban a los periodistas los exámenes que  dentro de unos minutos iban a rendir, con las preguntas ya impresas y repartidas por los feristas.
Eso que vemos ahora de tres coroneles de la policía, mas  2 mayores, y un capitán y varios subalternos  jefes de mafias, y sicarios, y de  un comisario jefe de otra banda de facinerosos, no es cosa nueva  y de ahora, sino que siempre ha sido así.
Ante el enorme escándalo surgido, las autoridades mafiosas no tuvieron  otra  cosa que hacer que anular el examen de ingreso y sacar del cargo al presidente de la comisión, el catedrático Copaiba.
Para  los feristas solo había dos caminos: a) Copaiba era el presidente de la comisión y por lo tanto la cabeza del fraude; B) Copaiba era el campeón mundial de los idiotas, al cual, delante de sus narices la policía había realizado el más grande fraude, nunca antes ni nunca después  ocurrido en San Marcos.
“Fuera Copaiba mafioso” se gritaba en todo San Marcos y en la calles, porque el escándalo se hizo público. Los feristas encabezaron el movimiento para sacar a Copaiba de la comisión y a  todo el comité de admisión, por estar todos involucrados según la opinión de los estudiantes.
Sacaron a Copaiba de la presidencia, renunció todo el comité de admisión y se anuló el examen. Poco tiempo después moriría el catedrático Copaiba, agobiado por el escándalo, según nos informaron.
El desprestigio que cayó sobre el rectorado  y las demás autoridades, fue una de las causas de la pérdida total de autoridad y del desprecio que los estudiantes sentían por sus  autoridades y profesores. Todos mafiosos.

Fue el inicio del final de la administración que ejercía la dictadura sobre San Marcos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario