viernes, 22 de noviembre de 2013

EL LIBRO QUE SUPO ESPERAR




              EL LIBRO QUE SUPO ESPERAR

Esta publicación es parte del libro del Dr. Máximo Grillo Annunziata titulado “Memorias de un Estudiante Agitador”.
Cuando era escolar, estudiaba en la sección nocturna del colegio Guadalupe, porque de día trabajaba con mi padre en joyería.
Una noche mientras esperaba que se abrieran las puertas del colegio fui caminando por la avenida Venezuela, hasta llegar al ovalo de Venezuela, donde conocí a quien debe de haber sido el primer vendedor ambulante de libros usados, conocido con el apelativo de “Che Carlitos”. Sobre  unos cartones ponía los libros y esperaba que llegaran los compradores. Décadas después lo volví a encontrar en el  ovalo de Venezuela, invalido a raíz de un accidente de tránsito, seguía vendiendo libros y su señorita hija, una muchacha muy simpática, que había estudiado para auxiliar de enfermería hizo sus prácticas en el Centro de Salud de Breña donde yo trabajaba.
Che Carlitos es uno de los héroes anónimos de este país, que a su modo y con las limitaciones del caso contribuyó al estudio  y la cultura en el Perú. Por lo pronto  contribuyó en no poca medida a la formación en ciencia militares que yo habría de desarrollar tiempo después.

El asunto es que esa noche  al acercarme  a  ojear unos libros que vendía , que eran pocos, observé uno titulado Táctica General y Estrategia, editado por la primera misión militar francesa a comienzos del siglo XX. Le pedí una rebaja.
-Dame lo que tengas y llévatelo, nadie  lo quiere comparar.
Es una de las joyas de mi  biblioteca
En ese libro  hubo cuatro cosas que más me llamaron la atención:
1.-El análisis que los franceses hacen de la guerra de 1879, en la cual afirman que fue un error comprar los monitores  Huascar y la Independencia, ya que con ese dinero su pudo formar  un enorme y muy bien armado ejercito, ya que según el análisis que hacen, esa guerra se iba a definir en tierra y no en el mar.
2.-Aconsejan la creación de  una red de trenes que vayan desde Tumbes hasta Tacna y varias vías de penetración para poder movilizar hombres y recursos en caso de conflicto. Hubo que esperar la campaña electoral de Ollanta Humala para que ese proyecto fuera revivido, aunque  Ollanta no ha cumplido con ejecutarlo.
3.-La guerra de los Boers en Sudáfrica, en la cual se enfrentaban los Boers, que eran los colonos holandeses con  el ejercito imperialista ingles
4.-Conocer que los campos de concentración no la inventaron los alemanes durante la  segunda guerra mundial, sino que los inventaron los ingleses en la guerra contra los Boers que no eran otra cosa que los colonos holandeses en dicho pais. La población civil de  Sudáfrica fue llevado a campos de exterminio donde  mujeres, niños y viejos murieron como moscas, a los cuales se les privaba de alimentos, medicinas e  incluso de agua para que murieran.
Se formaron 45 campos de concentración  en los cuales murieron 27,927 boers, de  los cuales 22,074 eran niños, el resto mujeres y viejos, además de 65 campos de concentración para los  africanos negros, que apoyaban a los Boers donde 20,000 de ellos murieron . Todos ellos, Boers y negros  murieron de hambre en dichos campos de exterminios.

                              http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/b/ba/LizzieVanZyl.jpg/200px-LizzieVanZyl.jpg
Lizzie van Zyl, muerta en el campo de concentración de Bloemfontein para los boers

La explicación que hacen los franceses del éxito militar de los Boers, lo basan en que:
a) se trataba de fuerzas conocedoras del terreno, pues allí habían nacido y crecido.
b) todos eran cazadores, y por los tanto buenos tiradores
c) todas sus fuerzas eran móviles, todos se movilizaban a caballo. No tenían infantería.
Sobretodo me llamó la atención la batalla de  Colenso  el 15/12/1899 en la que se enfrentaron 21,000 ingleses contra 8,000 boers, tras la cual murieron 1,127 ingleses y solo 40 boers
En solo una semana  las tropas inglesas sufrieron cinco graves derrotas.
Las guerras contra los Boers fueron dos. A las finales  tuvieron  que llegar a  un acuerdo, porque los ingleses no pudieron vencer,  por el cual la administración  quedaba para los boers y los propiedad de los yacimientos de oro  y diamantes para los ingleses.
Esa lectura despertó mi interés sobre el tema, pero en ninguna librería de Lima, ni en la biblioteca nacional encontré nada al respecto. Así pasaron los años.
Siendo  universitario, en una oportunidad, saliendo de la casona de San Marcos ,me dirigí al jirón Azángaro que estaba al costado de  la universidad, donde  habían varias librerías llamadas de “viejos”, o sea vendían libro usados viejos.
En una de ellas  mirando  los volúmenes, mis ojos se fijaron en un libro  cuyo titulo era “La Guerra en Sudáfrica”, escrita por un coronel alemán llamado   A. Muller y traducido al castellano por el coronel español J. Ibáñez, e  impreso en España.
Cuando  me acerque al vendedor, le pregunté por el precio .Estaba lejos del alcance de mi economía de estudiante, y sabiendo que era un hijo bastante caro, y que mi padre compraba mis libros de medicina, los de filosofía y los de física y otros  mas, no  me atreví a pedirle que me lo comprara, hubiese sido un abuso de mi parte.
De este modo pasaron los años, y ya profesional con tres trabajos y docente en dos universidades, y con una economía  aceptable, una tarde pase por el jirón Azángaro, justo por la librería de libros viejos, donde hacia bastante años atrás había visto el libro que no pude comprar en mi época de universitario.
De esta forma ingresé al local y me puse a mirar los estantes.
¡AHÍ, AHÍ ESTABA EL LIBRO¡
-Señorita, ¿ que precio tiene este libro?
-Tanto.
Me dio un precio bastante alto.
-¿No hay una rebajita por Pascuas y  Año Nuevo que ya están cerca, dentro de un par de meses?.
Por  lo visto argumentos no me faltaban.
-No señor, ese libro solo lo compran los conocedores, y por lo tanto  pagaran lo que se les pida.
Ante semejante argumento  no tuve mas remedio que pagar y llevarme el libro.
Era un libro de alrededor de 700 paginas. Lo leí en una semana.
A la siguiente semana me acerque a la misma librería para ver que otra cosa interesante  podía encontrar.
ESTABA CERRADA.LA HABÍAN CERRADO LOS DUEÑOS Y  NUNCA MAS SE HABRIÓ.
Nadie pudo darme razón si se habían trasladado a algún otro sitio. Simplemente me dijeron que habían cerrado porque ya no vendían nada, no había compradores, ya no había interés por la lectura en el país.
El libro había esperado durante años a que yo lo comprara, para poder cerrar la librería
Era un libro que supo esperarme.



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