sábado, 7 de diciembre de 2013

EL TREN DE LOS CONDENADOS




El siguiente articulo ha sido extraído del libro del Dr Máximo Grillo Annunziata titulado “Memorias de un Estudiante Agitador”

                EL TREN DE LOS CONDENADOS

DR. MAXIMO GRILLO ANNUNZIATA

Mi padre don Máximo Grillo Puga era joyero artesano, sobrino de José Mercedes Puga, el que derrotó a los chilenos en la batalla de San Pablo y brazo derecho de Andrés A. Caceres, además era sobrino de Amalia Puga ,la poetisa cajamarquina. Su familia participo en la lucha por la independencia, en la guerra con Chile, y mi padre a los 15 años de edad se presentó de voluntario para la guerra con el Ecuador ,mientras que  otro de los tíos de mi padre viajó a Tacna ocupada para apoyar la resistencia peruana contra el invasor.
Pero sus familiares  también participaron en varias revueltas y asonadas de tipo político y social, y así tenemos que el padre de mi padre, o sea mi abuelo paterno, fue presidente de la primera Asociación de Joyeros y Artesanos del Perú en el 1900, y mi padre fue el primer vicepresidente de la segunda Asociación de Joyeros y Artesanos en 1920,y yo soy tercero de la estirpe de los Grillo joyeros, llegando a ser el medico de la ultima Asociación de Joyeros. Pero resulta que un hermano de mi abuelo paterno, por consiguiente tío de mi padre, participó en una de las tantas asonadas y revueltas que sacudían constantemente Lima, de forma que resulto detenido.
Para esas épocas existían en la ciudad un numeroso grupo de francesitas, algunas de las cuales realizaron “buenos matrimonios”,otras terminaron de prostitutas de lujo y otras mas de putas pobres.
Una de esas francesitas era la amante del prefecto de Lima de ese entonces y era cliente de la joyería de mi abuelo, en la cual no solo ella, sino el prefecto compraba costosas joyas para su “amor”.
Pero también era cliente del hermano de mi abuelo, el eterno revolucionario, a quien pagaba las joyas con prestaciones sexuales.
Así las cosas mi abuelo se enteró de la detención de su hermano, y lo primero que hizo fue correr a la búsqueda de la francesita, pidiéndole que interviniera ante el prefecto  para liberarlo.
Mientras tanto él y otros detenidos eran llevados a la estación del tren de desamparados, donde todos fueron  metidos a la fuerza , amarrados de la manos.
Se trataba de una locomotora  y de una larga fila de vagones, repletos de detenidos. A todos ellos los llevaban en el tren para matarlos y sus cuerpos eran arrojados a lo largo de la línea del tren hacia la sierra o bajados en grupo para ser fusilados. Era una costumbre horrorosa, que incluso se mantiene hasta el día de hoy.
La francesita, que no quería perder a su joyero favorito y tenia una gran estimación por mi abuelo  salio de inmediato a la búsqueda del prefecto, el cual dio la orden de libertad, de forma de que acompañada de dos gendarmes acudió presurosa a la estación del  tren, llegando justo en los momentos  en que el tren estaba por salir.
Los gendarmes subieron a los vagones llamando al tal Grillo, papel en mano. El hermano de mi abuelo pensando que los buscaban por ser uno de los cabecillas para torturarlo y matarlo en plena estación, viendo que golpeaban a los demás detenidos amarrados para que lo señalaran, sacó pecho y grito “yo soy. Yo soy Grillo”.
Lo tomaron de los brazos y empezaron a arrastrarlo, mientras daba vivas a la revuelta. “Ya mierda, calla carajo y camina”, y a golpes lo bajaron del tren. Mas al bajar a la estación y ver a la francesita se dió cuenta de que lo estaban salvando.
Sus amigos que se quedaron en el tren, empezaron a felicitarlo y darles encargos. Todos ellos sabían que iban a morir.
“Grillo ,dile a mis hijos que muero como un hombre,” “Grillo anda a mi casa, mi mujer y mi hijita están enfermas ayúdalas en lo  que puedas” decía otro, “Grillo diles que muero dando vivas a la revolución” exclamaba otro mas, “ Grillo, anda donde mi compadre Tomás, que le lleve dinero a mi madre” expresaba otro mientras que otro mas le gritaba “Grillo te felicito, sigue en la lucha  hasta el triunfo final” ,y de esta forma la locomotora jalando una larga lista de vagones partió de la estación.
Era un tren enorme, repleto de prisioneros, de condenados a muerte.
El hermano de mi abuelo se quedó llorando en la estación viendo como se llevaban a sus amigos.
Le amargaron la vida, nunca más sonrió ni rió, y jamás se perdonó haber salido con vida y el no haber muerto junto a sus amigos.
A mi abuelo el asunto le salio caro, porque regaló una costosa joya a la francesita y otra mas para el prefecto.
Y esa ha sido siempre la historia del Perú, las matanzas del APRA y Alan García en los penales al igual que las matanzas de Fujimori son una constante en nuestra historia, y sin necesidad de viajar tanto en el tiempo, yo mismo fui testigo de otro tren de los condenados.
Ocurrió durante el gobierno del general aprista Morales Bermúdez.
Había una gran huelga de trabajadores mineros, los cuales se alojaron en el Jardín Botánico de la Facultad de Medicina de San Fernando. Estos trabajadores habían realizado una marcha de sacrificio, caminando desde la sierra y de varios otros lugares del Perú hacia Lima.
Sus condiciones económicas y sociales eran paupérrimas, sus ropas presentaban varios zurcidos con diferentes telas de forma que parecían las ropas del payaso polichinela, es decir estaban andrajosos, y sin botas de minería sino con ojotas
La Federación Universitaria de San Marcos, en esas épocas en manos del FER, organizó varias comisiones para el apoyo de los mineros.
Algunos de los feristas se encargaban de conseguir víveres para la olla común, mientras otros se encargaban de la propaganda. A mi me encargaron de la dirección de una posta medica que funcionó en el local de la  Centro Federado de Estudiantes de Enfermería. Con mucho esfuerzo conseguimos medicinas e instrumental medico con lo cual atendíamos las necesidades médicas de los mineros ,sus esposas y sus hijos.
Mientras los muchachos del FER repartían folletos políticos de Mao, Lenin y daban charlas para los mineros de base, los grupo opositores al FER en San Marcos a los cuales llamábamos despectivamente oportunistas, electoreros, revisionista y vende obreros , grupos políticos que luego conformarían la llamada Izquierda Unida, se llevaban a los dirigentes a tomar cerveza y a casa de putas. Llegaron incluso al extremo de levantar una carpa en pleno  Jardín Botánico con prostitutas para atender a los mineros que habían venido solos. Enteradas de esa situación las compañeras feristas que habían organizado el comité de damas de las mujeres mineras, denunciaron el hecho, de forma que dicho comité boto a latigazos a las prostitutas y a sus mentores, los revisionistas electoreros.
El trabajo en nuestra posta medica era intenso,  y agotador. Los mineros, sus esposas y sus hijos hacían cola para la atención, mientras los muchachos del FER se esforzaban en conseguir medicinas y en atender a los pacientes.
Pero no se presentaban visos de solución a la huelga, el gobierno de Morales Bermudez, que era un gobierno aprista, vendido a los intereses e las empresas mineras transnacionales, no aceptaba los reclamos de los trabajadores por considerar que reducía las ganancias  de las empresas.
De esta forma un día  de tanto trabajar y sentarme sobre troncos y piedras se me presento un absceso en la pierna, de manera que yo mismo me corte  y limpie la herida, cansado y con fiebre debido al absceso me retire de la posta medica cuando comenzaba a oscurecer. Ya en mi casa me dormí profundamente

Cuando a las cuatro de la madrugada mas o menos ratatatata…Bang…. Bang…. Bang….. ratatatata, me desperté de un salto
¡Santo Cielo, los mineros, los están matando!
Salté de la cama y me vestí toda velocidad mientras todo el mundo en el barrio se despertaba y al dirigirme al jardín botánico de la facultad de medicina me encontré que la policía no permitía el paso, de forma que regresé  a las siete de la mañana, con mandil de medico  y mi barba me tomaron por profesor y me dejaron pasar.
Lo que encontré dentro del local era espantoso, por todo el jardín botánico habían charcos de sangre y rastros de sangre lo que quería decir que habían arrastrado cadáveres o heridos sangrantes, las pertenencias de los mineros estaban regadas por el piso y quemadas, ruinas humeantes, jirones de ropa ensangrentados ,los raros árboles del jardín botánico quemándose, los alimentos de la olla común en el suelo y pisoteados, todo acompañado de un penetrante olor  bombas lacrimógenas, a pólvora y a sangre.
Me dirigí directo a nuestra posta medica,  la cual había sido saqueada, las medicinas rotas y aplastadas con el piso, el instrumental se lo habían robado, los muebles rotos, una foto de Mao Tse Tung en el suelo y rota, pero la foto de Marx no la habían tocado, seguramente pensaron que se trataba de un medico, era un espectáculo  horroroso.
Sobre  un estante volcado se hallaba un importante documento, era el  resumen de las historias clínicas de todos los mineros, sus hijos y esposas atendidos en la posta, documentos que se les había pasado, de inmediato  lo tomé y lo escondí con la intención de desaparecerlo.
Al salir de la posta me encontré con Pocha una compañera ferista que se quedo esa noche de guardia en la posta y había visto todo escondida en un ambiente de la facultad de medicina. Estaba llorando.
-Máximo, ha sido espantoso , se han llevado a los mineros hay muchos muertos, han matado a los niños, el hijito de la señora  Maria que atendiste de asma   murió asfixiado por los gases en brazos de su madre. La pobre señora corría desesperada por todo el jardín botánico con el cadáver tratando de salvarlo. La policía la golpeo y le arrebato al niño muerto , arrojaron el cuerpecito a un camión, van a desaparecerlo
A la señora la golpearon hasta sangrar mientras lloraban reclamando el cuerpo y se le llevaron presa. A la esposa de un  minero la han violado delante de todos , yo lo he visto.
-Los mineros, donde están los mineros? Pregunté.
-No se, se los han llevado en ómnibus y camiones cerrados. Ha sido horrible.
-Hay que ubicar a los mineros.
Al salir del jardín botánico me encontré con Guadalupe y Javier que avisados de lo ocurrido venían que había sucedido.
-Toma Javier
-Que es?
-Es la relación  de los mineros y  de sus hijos y esposas que atendimos en la posta. Escóndelo
-A donde vas?
-Voy a combatir
-Voy contigo
De esta forma estuvimos todo el día luchando en las calles reclamando por la vida de los mineros y sus familiares.
Mientras tanto los muchachos del FER se enteraron que los habían llevado a la estación del tren de Desamparados.
Otro tren más de la muerte. Comunicándose rápidamente con los feristas de Ate-Vitarte, de Chaclacayo y de Chosica, los muchachos bloquearon las líneas del tren con grandes piedras y troncos, lo que motivó que el tren de la muerte su detuviera a cada rato, lo que aprovechaban los mineros para saltar por las ventanas junto con algunos feristas que habían sido capturados junto con ellos. Al saltar por las ventanas  eran abaleados, varios de los cuales me llevaron mas tarde para que los atendiera , en una improvisada sala de cirugía.
Gracias a la acción heroica de los Sanmarquinos del FER y a la decidida actitud de los mineros, se salvaron de ser ejecutados todos junto con sus mujeres e hijos.
Los que no pudieron escapar fueron llevados a la fuerza los socavones de las minas y obligados a trabajar a latigazos, a punta de patadas y bayonetazos, exactamente igual que en la época de los faraones.
Este episodio nunca se llegaría a conocer si nosotros no diéramos testimonio de ello en este articulo.
La matanza del pueblo, y los trenes de la muerte son una costumbre en  el Perú. Los sucesos de Bagua lo demuestran.







No hay comentarios:

Publicar un comentario