martes, 10 de diciembre de 2013

COMENTARIO DE LIBROS---3




                COMENTARIO DE LIBROS---3
TITULO .Mensajeros del paraíso
Autor. Charles Levinthal.
Dr. Máximo Grillo Annunziata

Los muchachos de mi promoción en medicina que habíamos optado por la filosofía científica y materialista  y que militábamos en el FER (Frente Estudiantil Revolucionario), entramos en una feroz discusión con nuestros catedráticos del curso de Psiquiatría, casi todos ellos psicoanalistas.
Nosotros acusábamos a los catedráticos psicoanalistas de charlatanes, fraudulentos y vendedores de cebo de culebra.
Rechazábamos la existencia del complejo de Edipo o del complejo de Electra. Que para nosotros eran puros cuentos fantásticos para tratar de explicar lo que no se conoce ni se entiende.
Para  nosotros las causas de los trastornos mentales no eran otra cosa que una falla en el funcionamiento del cerebro y que por lo tanto debería ser alguna sustancia que alteraba el normal funcionamiento cerebral.
Habíamos leído en una importante publicación que antes llegaba al instituto Goethe (Peruano–Alemán) titulada Medicina Alemana, un par de artículos fundamentales. Allí habíamos encontrado un articulo que hacía referencia al tratamiento   con  riñón artificial (hemodiálisis) en pacientes con psicosis como por ejemplo la esquizofrenia, obteniéndose mejoría del cuadro. Eso solo podía explicarse, porque alguna sustancia del organismo  era la causa del dtranstorno .Además en esa misma revista encontramos el famoso ejemplo de la tela de araña.
Las arañas cuando tejen su tela, esta se distingue por ser simétrica y ordenada. Pero si al araña se le daba a chupar una gota de sangre de esquizofrénico, la tela se hacia totalmente irregular. Que mayores pruebas qu esas para aceptar el carácter orgánico de la enfermedad. Además encontramos artículos sobre las alteraciones que se encontraban  en el sistema inmunológico de los pacientes psicóticos.
-Cuales sustancias?- Replicaban nuestros profesores de psiquiatría
-Búsquenlas, investiguen carajo- era nuestra respuesta.
Recuerdo que nuestros catedráticos nos mandaron a ver una película con Marcelo Mastroianni, que no era otra cosa que propaganda de ignorantes psicoanalistas europeos.
Si se tiene en cuenta que recién en 1975 y 1976 se descubrieron los primeras endorfinas y encefalinas en el cerebro, nos damos cuenta que nosotros fuimos pioneros en esa posición materialista y científica de los mecanismos  de las enfermedades mentales Esta polémica me llevó posteriormente a escribir un libro titulado “Mecanismo de las Enfermedades Mentales”.
Ahora ya se acepta que las enfermedades mentales son una alteración de los neurotransmisores cerebrales, incluso se conocen los genes que producen la esquizofrenia, la depresión, la ansiedad, el síndrome bipolar (maniaco-depresivo).
Pero como podemos leer en el libro que comentamos, los neurotransmisores no solo explican los trastornos mentales, sino que también explican  la conducta social y cultural de los humanos.
El tiempo nos ha dado la razón por completo.
En el fondo de la polémica que sosteníamos con nuestros profesores, no era solo una discusión solamente  académica, sino que en fondo era también política y económica.
Política, porque si se aceptaba la tesis materialista de la mente, quiere decir que el alma y el espíritu no existen y que lo que acostumbramos a llamar psiquis y social, son solo mecanismo biológicos desarrollados durante el proceso de evolución de los humanos.
Esas tesis desautorizaban al psicoanálisis y las bases ideológicas del sistema  y favorecían a las teorías revolucionarias.
Era económica, por la sencilla razón de que los psiquiatras psicoanalistas basaban sus ingresos y prestigio en un fraude. Aceptar que estaban equivocados era  aceptar su desprestigio y ruina económica. Simplemente no lo podían aceptar, había demasiado en juego.
Han pasado décadas de esas discusiones y al final resulta que los muchachos del FER de mi promoción teníamos toda la razón .Hay que leer este libro para darse cuenta hasta donde teníamos la razón. La ciencia estaba con nosotros.
Recomiendo su lectura.



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