lunes, 28 de octubre de 2013

EL GUSANO CUBANO




                          EL GUSANO CUBANO

Dr. Máximo  Grillo Annunziata

Esta publicación es uno de los capítulos del libro del dr. Máximo Grillo Annunziata titulado “ Memorias de un estudiante agitador”


Durante el  gobierno de la dictadura militar, cuando gobernaba  Morales Bermudez,  la dictadura  coordinó con el Departamento de Estado de los Estados Unidos y la CIA una maniobra con el objeto de desprestigiar y debilitar el régimen de Fidel Castro, y de paso salvar el pellejo de algunos agentes de la CIA que operaban en el territorio de Cuba.
De este modo, de repente algunos cubanos ingresaron a la embajada del Perú y pidieron asilo político. Enterado de ello el régimen cubano cercó la embajada para impedir mas asilados, e inmediatamente se desplegó una campaña mediática  acusando a Cuba de incumplir los tratados internacionales de asilo político, desconociendo a las Naciones Unidas, y de esta forma se formó un gran escándalo.
Pero Fidel Castro siempre ha sido mas inteligente que sus adversarios, y parece que se acordó de las palabras de Alcibíades, el general y estratega griego cuando le avisaron que los persas se retiraban del territorio griego , y que  fueron: “ Al enemigo que se va, puente de Plata”.
Castro vió en ello una brillante oportunidad, como pocas, de deshacerse de sus enemigos políticos internos y limpiar a su país de todo tipo de indeseables.
De esta forma lleno camiones enteros con sus enemigos políticos, de delincuentes comunes, asesinos, ladrones, violadores, estafadores, esquizofrénicos, locos de remate,  psicóticos de todo tipo  incurables y los llevó al local de la embajada del Perú  donde los echaron al grito de : “Fuera escoria”.
En la práctica Fidel vació las cárceles y los manicomios de Cuba
Para facilitar su expulsión se dispuso del puerto de Mariel , de allí el nombre que se les dio de Marielitos, al igual que el de gusanos, por pertenecer a la oposición  al régimen que era llamada la gusanera.
La mayor parte de ellos se fue a Miami, donde un buen porcentaje se dedicó al delito y que fue muy bien representado por Robert de Nilo en la película Caracortada y dirigida por Brian de Palma.
Pero una parte de los gusanos vino al Perú, específicamente a Lima.
Aquí fueron rechazados por todos los estamentos de la sociedad peruana, desde la izquierda hasta  los de la derecha y sobre todos eran precisamente los de la derecha quienes más los despreciaban.
Alojados primero en los parques zonales, luego fueron enviados a los arenales inhóspitos de Villa El Salvador, donde vivían con  unos subsidios que les daban las Naciones unidas por su calidad de asilados políticos en condiciones paupérrimas.
Algunos se consiguieron un trabajo honesto, algunas se dedicaron a la prostitución  y otros al franco delito.
Esta es la historia de uno de ellos.
Resulta que estando de guardia una madrugada, llegó un gusano cubano  víctima de una feroz crisis asmática. Al examinarlo y dada la gravedad del cuadro  le extendí una receta de aminofilina con glucosa al 33% para colocarle una inyección intravenosa. Ese era el tratamiento que se usaba en esa época para las crisis asmáticas.
-Compra esta receta en  la farmacia y  lo traes para colocarte  la inyección,-le dije
-¿Cómo?
-Que vayas a la farmacia compras las medicinas y las trae para colocarte la inyección
-Chico, como voy a comprar, no tengo ningún dinero
-Oye compadre, y para que te has salido de Cuba?, supongo que allá cuando te da tu crisis de asma te tratan gratis. Aquí en el Perú, sino tienes dinero para comprar medicinas, simplemente te mueres.
-Chico, no hay libertad en Cuba chico
-¿No hay libertad?
-No,no hay libertad.
-Que ¿ tu quieres trabajar y no te dejan?
-Allá todos trabajan chico
-¿Tu quieres estudiar y  no te dejan?
-En Cuba todos estudian, no son ignorantes como ustedes los peruanos
-¿Tu quieres hacer deporte y no te dejan?
-En Cuba hace deporte el que quiere.-
-Entonces que quieres hacer que no te dejan, que no hay libertad?
-A las doce de la noche todo está cerrado, la juventud no tiene donde ir a bailar, divertirse y toma  ron.
Ese era el concepto de libertad de ese gusano imbécil.
Para poder bailar después de las doce de la noche , renunciaba al atención gratuita de salud, al estudio  y a la cultura y a la posibilidad de una vida sana.
Finalmente  terminé comprándole la medicina con dinero de  mi bolsillo, porque sino se moría con la crisis asmática.
Me apiadé del idiota. Se retiro de la emergencia dándome las gracias.
Pero sospechosamente apareció un conocido periodista  en el servicio de emergencia preguntando sobre la atención del gusano  cubano,  le repetí los mismo que  la había dicho al gusano:
- Aquí en el Perú, sino tienes dinero para comprar medicinas, simplemente te mueres-
Al día siguiente cuando aparecieron el el periódico mis declaraciones se armó un escándalo, y el director del hospital pretendió sancionarme, pero  los estudiantes y los profesores salieron en mi apoyo.
El policía que estaba de guardia en el servicio de emergencia  esa noche se acercó y me dijo:
-Hubiera dejado que se muera, doctor. Esos cubanos son unos vagos, no trabajan en nada, no hacen nada en todo el día y se emborrachan todos los días   y arman escándalos .Yo lo sé porque vivo cerca de donde los han ubicado en Villa El Salvador,  son una plaga.
Tiempo después nos volvimos a encontrar. Yo viajaba en un ómnibus cuando subió al mismo el gusano cubano vendiendo caramelos y  cigarrillos. Estaba de vendedor ambulante
-Oye, tu por aquí?
-Doctor  como está, a los tiempos
-Pensé que estabas ya en Miami
-Todavía no me sale la visa, tengo unos familiares que viven en  Miami y están haciendo los tramites. No es fácil
-Y, Ya vas después de las doce de la noche a bailar y tomar ron?
-No doctor, lo que se gana con esta venta de caramelos y cigarrillos  solo alcanza para comer y a veces ni para comer. Las peruanas quieren que las invites y te hacen gastar.
-Así es  compadre, las mujeres cuestan.
Le compré algunos caramelos por ayudarlo, ya que nadie en el bus le compró nada.
Y pasó el tiempo.
En una oportunidad fui al hospital Dos de Mayo a una conferencia y al atravesar una sala de hospitalizados, me llamaron
-Doctor Grillo. Doctor Grillo. La voz y el dejo me eran conocidos. Al voltear ví que en una cama se hallaba al cubano
-Tu aquí? Creía que estabas en Miami
-No doctor, nunca me dieron la visa  y mis familiares ya no contestan mis cartas. Doctor, estoy mal
-Que tienes?
-Tuberculosis. Estoy mal doctor.
-Esa enfermedad tiene tratamiento. No te preocupes. Te estaré visitando
-Doctor hágame un favor. Puede hablar con la asistenta social? Hay que comprar unas medicinas y no tengo un centavo. Puede hablar con ella?. Recomiende mi caso.
-No te preocupes ahora mismo hablaré con ella.
La asistenta social era mi amiga desde mi época de estudiante y de buena gana aceptó ayudar al cubano.
-Ya le hablé. Dentro de un rato se acercará por aquí
-Gracias, gracias, muchas gracias doctor
-Regresaré a verte como vas –le dije.
Tres o cuatro días después al acudir al hospital, fui a la sala de hospitalizados a ver como seguía el cubano.
Pero en la cama había otro paciente, no vi al cubano en ninguna.
Me acerque al interno:
-Por favor doctor, el paciente  cubano que estaba en esa cama?
-Falleció hace dos días. Su enfermedad estaba muy avanzada.
El  pobre hombre salió de Cuba  y vino a estos territorios buscando bailar y tomar  ron en las noches de fiesta y lo único que encontró en el Perú fue pobreza, miseria, tuberculosis y la muerte en un hospital para pobres.



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