MALDITAS MALDICIONES

                    MALDITAS MALDICIONES

DR. MAXIMO GRILLO ANNUNZIATA

Mi madre siempre me reprendía cuando me escuchaba echar maldiciones en mis momentos de ira furiosa:  “hijo, no maldigas, Dios castiga al maldecido y al maldiciente”, por  mi parte hice todo lo posible para obedecer a mi madre, pero la verdad era que la ira  me ganaba muchas veces.

De las muchas maldiciones que he hecho en mi vida, son tres  las que más me han impactado, veamos cuales:

1.-En esas épocas, yo vivía en mi chacra en Pachacamac, y para ir a trabajar al Centro de Salud de Breña tenía que levantarme a las 4 de la mañana en plena oscuridad, y salía de mi chacra entre las 4 y media y las 5 de la mañana, y por consiguiente veía todos los días el amanecer. Veía la Luna y  las estrellas y  como se  iban para dar lugar a la aparición del Sol. El cielo se vestía de dorado y podía ver el resplandor que aparecía tras los cerros de Pachacamac. Era un espectáculo hermoso  y que me gustaba mucho. Era Feliz viendo  la Luna y las estrellas y el amanecer. Pachacamac es el lugar  más hermoso de todo Lima y es el último lugar de expansión de Lima y su último lugar verde.

De mi chacra a la pista eran más de dos kilómetros con un camino de tierra a través de las chacras de mis vecinos, todo verde por los sembríos, hasta llegar a la pista de la avenida  Manuel del Valle, por la cual  pasaba una línea de  micros que luego tomaban la Panamericana Sur y me dejaban en la Plaza Bolognesi,  y de allí caminaba hasta mi trabajo. En los 25 años en que trabajé en ese centro de Salud, llegue tarde solo 4 veces, todo un record, y si llegué tarde esas 4 veces es porque fue  imposible evitarlo. Me iba sin desayunar, pero a una cuadra de mi trabajo quedaba el mercado donde pedía un caldo de gallina o sopa de frejoles  o un plato de Cau-cau. Total siempre me  he alimentado bien.

Pero ese día era invierno y llovía. Pachacamac es un micro clima, parecido al de la Sierra, más seco que el resto de Lima y cuando llueve es como en la Sierra o sea a gota gruesa. El clima de Pachacamac es un clima serrano en pleno Lima.

De forma de que cuando llegue a la pista estaba más mojado que tiburón en el mar  y me moría de frio, a pesar de estar con una casaca de cuero con forro acolchado, guantes de cuero, chompa y sombrero de cuero. El frio y la humedad me hacían temblar de frio. En eso apareció una de las micros que hacían el recorrido hasta la Plaza Bolognesi.

El chofer sobreparó  me miró y. …aceleró y me dejó

plantado.

-¿Y este imbécil que tiene?...¿porque no me ha recogido?...maldito…ojala se estrelle y se mate por ahí.

Como a los 15  minutos apareció otra de las micros de esa línea, subí hecho  una sopa por la lluvia. Con frio y echando maldiciones a la anterior micro y a su chofer.

Unos treinta minutos después en plena carretera Panamericana Sur, dimos alcance a  la micro que no quiso recogerme.

Estaba volteada, y los cuerpos ensangrentados estaban regados en la pista, algunos muertos y otros heridos.

-Santo cielo, ….de la que me libré- fue lo primero que pensé.

Luego  me acordé de mi maldición y me quedé frio,  mas frio de lo que estaba, y me acordé de lo que me decía mi madre, y me juré a mí mismo no mandar nunca más maldiciones.

2.-Esta fue  mucho peor. Estaba en la azotea de mi casa echado en una hamaca leyendo un libro, cuando pasó sobre mi cabeza, volando a muy baja altura  un avión de pasajeros. Volaba tan bajo que alcancé a ver el número  dibujado en el fuselaje del avión.

A pesar de taparme los oídos, el ruido era tal que atravesaba los huesos del cráneo y se oía totalmente en el cerebro, los vidrios de las ventanas vibraban y estuvieron a punto de explotar e incluso los ladrillos de la pared vibraban.

Esto es el colmo, ¿cómo se atreven a hacer algo así? Es una falta de respeto, quien le ha dicho a estos imbéciles que pueden torturar a la gente de esa manera, es inaceptable.

-Ojala se caigan y se mueran todos- maldije

Con un feroz dolor de cabeza estaba furioso. Para alguien como yo que nunca  sufre de dolores de cabeza, en esta ocasión era una experiencia nueva y muy molesta.

Decidido a presentar una queja formal donde sea, escribí el número del avión y el nombre de la línea aérea. El dolor de cabeza me duró todo el día.

En  la noche  como de costumbre prendí el televisor para  ver las ultimas noticias. Espantado vi la  noticia: el avión se había caído y habían muertos los ocupantes.

Me quedé asombrado, se me quitó el dolor de cabeza, y  hecho un idiota me sentí culpable, me atacó el peor sentimiento que le puede ocurrir a una persona, cual es el remordimiento.

Es obvio que el avión no se cayó por lo haya maldecido, sino que la misma causa que lo llevó a volar tan bajo, quizás por  la falta de potencia fuera la causa de su caída.

Lo cierto es que me costó quitarme el sentimiento de remordimiento  y dejar de sentirme culpable.

Pero tomé la firme decisión de no maldecir  nunca más.

Lo cumplí, hasta que….

3.-Este episodio  ocurrió cuando decidí construir el segundo piso de mi casa. Un sujeto que trabajaba en el mismo lugar donde  yo trabajaba insistió en que le diera el trabajo a él, porque también trabajaba en albañilería.

Como se suponía que era mi amigo o algo parecido  acepté que construyera mi segundo piso. Este hombre había tenido muchos problemas de tipo familiar, incluida la violencia y otros, y me tocó ayudarlo como médico   y compañero de trabajo. Tenía un hijo que era la razón de su vida y a quien quería mucho y era el único lazo con su esposa. Cuando estos hechos ocurrieron, el muchacho estudiaba en una exclusiva universidad privada donde obtenía las  mejoras notas y estaba a punto de terminar sus estudios.

El asunto es que cuatro días después de que terminó el trabajo de construcción y me entregó la obra terminada, la construcción se derrumbó, y se cayó todo.

Cuando fui a ver que es lo que había sucedido descubrí, que no había utilizado el material que me había pedido y le había entregado. Las vigas de madera no estaban ajustadas con pernos y por eso no tenían estabilidad. A pesar de haberle entregado dos bolsas llenas y selladas de pernos grandes que me había pedido, no había utilizado ninguna, simplemente se las había robado.

Por eso se había caído y roto. Faltaban columnas de  madera, y al hacer el recuento del material entregado descubrí que también se las había robado. Todo estaba en el suelo y roto.

Para terminar el trabajo tuve que volver a endeudarme de nuevo con el banco y tuve tres años más  pagando la deuda al banco por culpa de ese sujeto.

A nadie se le roba, menos a un amigo, menos aún a un amigo a quien se le debe tanto favores y apoyo.

Mi mujer estaba furiosa:

-¿No decías que era tu amigo?,¿Por qué  no le dices lo que ha hecho?, te ha estafado.

-Chinita, ¿qué le voy a decir, si él sabe bien lo que ha hecho?. Él sabe lo que ha hecho y lo sabe muy bien. No, no le diré nada, dejaré que el destino se la cobre por mí.

Cuatro días después de mis fatídicas palabras, en el noticiero de la televisión salió el escandalo ante mi sorpresa. La  noticia decía que:

-La policía detiene a destacado estudiante universitario de una importante universidad privada, por ser jefe de una banda internacional de pornografía infantil…..

Era su hijo.

A mí me dio pena, porque conocía al muchacho desde que era niño he iba a visitar a su padre, y sentí mucha más  pena cuando lo vi llorar desesperado por la suerte de su hijo.

Para evitar el maltrato de los demás presos a su hijo tenía que pagar  una cantidad de dinero semanal al delegado de los delincuentes del pabellón donde estaba preso. El pago semanal  para la protección de su hijo al mes era mayor que todo su sueldo mensual, por lo que recurría a todo tipo de sacrificios y trabajos extras. Todo el dinero que me robó se le hizo agua y sal, no le sirvió de nada, mientras el juez pedía 25 años de cárcel para el muchacho.

Esa vez juré no echar nunca más maldiciones y he cumplido.

Pero últimamente me ha  asaltado la idea, de porque mejor le  hecho maldiciones a los fujimoristas y apristas, y la verdad es que los estoy pensando, para ver que pasa…..