LA LEY DEL MARICON
Dr Maximo Grillo Annunziata
El problema de la homosexualidad, es en el fondo lo que se ha discutido en el congreso de la república en relación a la llamada unión civil
Este tema nos lleva a estudiar el problema de la homosexualidad.
Yo soy Medico Endocrinólogo, mi especialidad son las hormonas. Y lo primero que debemos decir, es que las hormonas no tienen nada que ver con la homosexualidad. Los homosexuales no son homosexuales porque tengan alguna alteración hormonal. El problema no es hormonal. Tampoco existe el llamado gen de la homosexualidad. No se ha encontrado ningún gen de la homosexualidad. Por consiguiente no se es homosexual por motivos genéticos ni biológicos. El problema no es orgánico: el problema es psicológico, educacional y formativo.
No se nace homosexual, sino que se convierte en homosexual.
Se nace macho y hembra, y a ser hombre y mujer se aprende, y se aprende a través de la interiorización de la imagen y los modelos del entorno de los individuos, ya sean hombres o mujeres. Cuando por alguna razón la interiorización de la imagen no se efectúa o es defectuosa, se produce la homosexualidad
El problema tampoco es Cipriani ni Bambaren ni el Papa Francisco, tal como se ha pretendido presentar personalizando los debates. Es el mismo Dios el que rechaza la homosexualidad, e incluso Dios llama a matar a los homosexuales, tal y como está escrito en el llamado Antiguo Testamento, Génesis 19:24-25; Levítico 18,22; Levitico 20,13.Incluso también en el Nuevo Testamento: Romanos 1:24-27, Timoteo 1:9-10,
1 Corintios 6:9-11, Hechos 9:4 y en muchas partes más. Es por eso, que las llamadas religiones que reconocen al Antiguo Testamento como el cristianismo, tanto católico como evangelico y el islamismo rechazan la homosexualidad.
Si los homosexuales no están de acuerdo con lo que dice la Biblia, no deben de hacerle los reclamos a Bambaren, ni a Cipriani ni al Papa, sino que vayan a hacer sus reclamos al mismo Dios.
Los homosexuales son una minoría bien minoritaria, no es representativa de la población nacional, y debe de quedar claro que una minoría sea del tipo que fuese, no puede imponer a la mayoría ninguna norma ni ley: eso es la democracia; mayoría manda. Y la gran mayoría de la población peruana rechaza la homosexualidad por los motivos que fuese, y esa voluntad mayoritaria debe de imponerse.
Pretender que una minoría se imponga ante este tema u otro cualquiera ante la gran demanda de la población, imponer las decisiones de una minoría por sobre la posición de la mayoría tiene un nombre, y ese nombre es fascismo, totalitarismo, dictadura, en este caso fascismo homosexual, totalitarismo homosexual, tiranía homosexual.
El Estado como tal debe de representar a la posición de la población y no de una minoría. El estado es una forma y el contenido de esa forma, la sustancia de esa forma es la nación, el pueblo, la gran mayoría poblacional, y por eso el Estado debe de representar la posición de la gran mayoría de la población y no minorías esquilmadas, que exigen que todo un país se rinda antes sus propuestas como si estas tuvieran un carácter obligatorio.
El pueblo peruano, las masas no quieren la tal unión civil ni nada parecido.
Tras la propagandizacion de la homosexualidad se mueven, tal como era de esperarse las mafias criminales que manejan la prostitución homosexual.
La industria de mayor crecimiento en los Estados Unidos, es precisamente la prostitución homosexual. En ese país se funda más prostíbulos homosexuales que heterosexuales. Es una industria que mueve miles millones de dólares, y que en su totalidad es dirigida y de propiedad de judíos sionistas cuyos nombres incluso han sido publicados. El Ziv Migdal es una organización judía sionista que tuvo su sede en la Argentina a comienzos del siglo XX y que sigue funcionando hasta la fecha. Esta organización criminal llegó a tener 2000 prostíbulos solo en Buenos Aires, alimentados con mujeres judías traídas de Europa del Este, sobretodo de Polonia. La mutualista AMIA que fue objeto de una explosión, no se sabe por quienes, se fundó para proteger a las prostitutas jubiladas, para evitar que se mueran de hambre. El Ziv Migdal llego a tener prostíbulos incluso en la Mongolia, en pleno centro del Asia, al norte de China. En la actualidad maneja la totalidad de la prostitución homosexual en los Estados Unidos.
Ese es el origen del enfrentamiento de los Estados Unidos con los musulmanes y sobre todo con los llamados yihadistas, porque estos rechazan la prostitución, el alcoholismo, las drogas, la pornografía y la homosexualidad, lo cual perjudica los negocios de estas mafias judías sionistas norteamericanas. Son ellos los que promueven la guerra contra los musulmanes, pues es un mercado de 1,500 millones que se les escapa por motivos religiosos. Estos criminales sionistas son los que manejan también el negocio de las drogas, del alcoholismo, y la pornografía, y tienen sus representantes en el congreso de los Estados Unidos sobre todo en el Partido Republicano.
A eso se debe que Capriles, el jefe de la oposición en Venezuela, que es judío sionista y homosexual, en su programa de gobierno plantea justo lo que aquí se ha llamado Unión Civil y permitir que los prostíbulos homosexuales se expandan por toda Venezuela, por las buenas o por las malas. Negocios son negocios. Este sujeto fue detenido antes de ser gobernador por la policía por mantener actividades homosexuales frente al puerta de un colegio, y lo primero que hizo cuando fue gobernado, fue expulsar y perseguir al policía que lo detuvo por depravado.
Debemos tener presente, que tras la invasión a Afganistán, al igual que en Irak, los norteamericanos fundaron enormes prostíbulos incluidos los homosexuales y cantinas, los que no existían en esos países musulmanes hasta que llegaron los imperialistas.
Tras la discusión de la Unión Civil en nuestro país, se mueven, sin lugar a dudas estas misma mafias de la degeneración y depravación imperialista y sionista.
En relación con aquellos congresistas del Apra y del fujimorismo que han apoyado la llamada Unión Civil, existe la posibilidad, de que de repente estén pensando en casarse.
