DISCUSIONES DOMESTICAS
DR. MAXIMO GRILLO ANNUNZIATA
-Máximo, ven ayúdame a mover
el sofá, pesa mucho
-Julia, estoy tratando de
salvar a la humanidad y tú me interrumpes a cada a rato.
-Maximo, ya mañana salvas a
la humanidad, ahora ayúdame a mover los muebles.
-Así el mundo no tiene
futuro, y tú serás la culpable, Julia.
Después de una larga
discusión sobre la humanidad y su
futuro, de las implicancias
político-filosóficas, y el desarrollo científico-tecnológico, termino con la
escoba en las manos ayudando a Julia a barrer la sala.
Eso no es posible. La vida
doméstica es un estorbo para el desarrollo científico-filosófico.
Nietzche tenía razón, cuando
decía “me rio yo de los filósofos casados”. Una de dos: o atiendes los asuntos domésticos
ó te dedicas al desarrollo de la
sabiduría. Ambas cosas no se puede.
En vista de ese episodio, le
cambie a Julia los apodos con que siempre la llamo: “ojos de Buda”, “piel de
durazno”, “Kikusui” (kikusui, significa agua de crisantemo y fue el nombre en
clave del ataque kamikaze en la batalla de Okinawa).
Ahora la llamo Julius
Malificus Horribilis Extremis. Bueno, no se lo que significa, pero suena
bonito.
Debe de rebelarme.
De repente Julia va a querer
que la ayude a cocinar, y no es que no sepa cocinar, pero no debo quitar tiempo
a mis eternas investigaciones y reflexiones. No es que no sepa cocinar, pero
mis comidas son rápidas. Se hacer huevos fritos y sopas de pollo con arroz o fideos. Preparo el almuerzo en solo 30
minutos y listo el pollo.
Es muy fácil. He medido el
tiempo que empleo.
En una olla, la lleno hasta
la mitad con agua, le agrego una
cucharadita de sal, los fideos, la bolsita de verdura picada que compré en el
mercado, un pedazo de kion, y el pollo. Todo ello me toma exactamente 10
minutos.
La pongo al fuego en la
cocina y en 20 minutos esta todo cocinado. Total 30 minutos y el almuerzo
sabroso está listo.
Julia para preparar sus raros platos japoneses se echa medio día y a
veces el día completo.
-Ya vez Julia debes de
aprender de mi y mis sabrosas sopas de pollo.
Bueno, sabroso para mí, no
todo el mundo piensa igual. Un día mi mamá y mi hermanita se enfermaron y tuve
que preparar mi famosa sopa de pollo con arroz
o fideos.
Mi mamá, después de
probarla, le preguntó preocupada a mi
hermanita:
-Dime hijita, Maxito va a
cocinar siempre?
No hay caso, soy un
incomprendido de la gastronomía.
También se tejer. Cuando era
niño y estaba enfermo, mi madre me contaba cuentos que ella misma escribía, mientras
tejía. En un momento fue a preparar el lonche y, yo que me había fijado en lo
que hacía, tomé el tejido de mi madre y
a gran velocidad empecé a tejer, cuando mamá regresó encontró más de dos metros de tejido que yo había hecho. Pero lo
deshizo, porque no tenía nada que ver con la que estaba tejiendo.
También soy un incomprendido
del tejido.
Tengo que planificar mi
rebelión, que Julia no se dé cuenta, planificaré inteligentemente mi
subversión, no permitiré ninguna obligación doméstica, lo haré en nombre de
todos los sabios oprimidos que en el
mundo han sido.
-Maximooo.
-Quee?
-Ven ayúdame a mover la
nevera.
-¿Queeee, otra vez?
-Siiii
--¿No puedes hacerlo sola?
-No, pesa
demasiado, y la escoba está ahí.
-¿Dónde?
-A la izquierda de la nevera.
-Maldición, ¿Por qué no
viene de una vez el fin del mundo?.
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